El presunto «conseguidor» de la Púnica, David Marjaliza, ha dicho este jueves en el primer juicio de este caso de corrupción que el exconsejero madrileño del PP con Esperanza Aguirre, Francisco Granados, le dijo que destruyera documentos de la red tras recibir un soplo de que les estaban investigando y le instó a quemarlos «un día de niebla».
“Tres carros del Carrefour” con documentación de la Comunidad de Madrid y anotaciones de la ‘caja B’
En total fueron «tres carros del Carrefour» llenos de «documentación de la Comunidad de Madrid y licitaciones», así como un cuaderno escolar en el que apuntaban las entradas y salidas de dinero en B procedente de comisiones ilegales y en el que detallaban las cantidades, las fechas, los políticos a los que iba destinado el dinero y la localidad madrileña que gobernaban.
«Si era Parla, poníamos P. en el caso de Paco (Granados), le pusimos el mote de ‘Futuro’ porque esto fue en 1999, cuando no era alcalde, y ‘Futuro 2’ era José Luis Moreno, que fue luego alcalde», ha explicado.
«Yo había ayudado a pagarle (a Granados) la campaña de 1999 y de 2003, le he pagado viajes a Ibiza, televisiones, escopetas y muchas cosas», ha añadido Marjaliza.
Desde que Granados le alertó sobre el chivatazo, en septiembre de 2014, hasta que ambos fueron detenidos un mes después tuvieron «cinco o seis encuentros», en los que Marjaliza notó al que fuese secretario general del PP de Madrid que tenía «bastante tensión» y que le preguntaba «si había roto las cosas» o «tenía algo más».
Parte de la documentación no fue quemada y apareció debajo de un colchón
Parte de esa documentación, la referente a la cuenta de Singapur a la que, según la investigación, Marjaliza transfirió 4,2 millones procedentes de las cuentas que él y Granados tenían en Suiza, no la destruyeron sino que, según ha dicho el testigo, se la llevó su secretaria a su casa para guardarla hasta que éste encontrase un sitio mejor.