Un suicida se hizo explotar el martes en el aeropuerto de Bruselas matando al menos a 11 personas y otra explosión destrozó poco después un vagón de metro en plena hora punta en la capital, cobrándose 15 vidas, según las cadenas públicas VRT y RTBF.
Alphonse Youla, de 40 años, que trabaja en el aeropuerto, dijo que escuchó a un hombre gritando en árabe antes de la primera explosión. «A continuación, se derrumbó el techo de cristal del aeropuerto».
«Ayudé a trasladar a cinco personas muertas, con las piernas destrozadas», dijo, con las manos cubiertas de sangre.
Las explosiones provocaron preocupación en toda Europa, con la convocatoria en Reino Unido y Francia de reuniones de comités de crisis, mientras España evalúa su nivel de amenaza terrorista. El Ejército holandés reforzó la seguridad en aeropuertos y fronteras y Reino Unido incrementó la presencia policial en puntos clave como transportes.
Imágenes de vídeo mostraron la devastación en la zona de salidas con planchas del techo y cristales esparcidos por el suelo. Algunos pasajeros salían de la terminal con sangre en la ropa. Otros se sentaban envueltos en mantas.
Un testigo dijo que las explosiones se produjeron en un mostrador de facturación.
La estación de metro afectada por la explosión fue Maelbeek, cerca de las instituciones de la Unión Europea.
La cadena VRT mostró una fotografía de un vagón de metro en un andén con puertas y ventanas completamente destrozadas, con la estructura deformada y el interior carbonizado. La cadena pública RTBF citó al operador de transportes STIB diciendo que quince personas habían muerto en el metro.
Un periodista local tuiteó una fotografía de una persona tumbada cubierta de sangre entre humo frente a la estación de metro Maelbeek, en la principal avenida Rue de la Loi que conecta el centro de Bruselas con las instituciones de la UE.
La Comisión Europea dijo a su personal que no saliera a la calle.
Las ambulancias transportaban a los heridos y las sirenas sonaban por toda la zona.
Vuelos cancelados, pasajeros evacuados