Hoy Rodrigo Rato entrará en prisión si no quiere convertirse en un prófugo de la justicia. Ha quemado su último cartucho para tener un trato de favor y le ha sido denegada la suspensión de su ingreso en la cácerl. La privación de libertad de un ser humano nunca puede ser una buena noticia, pero lo que se ha juzgado aquí no son solo a personas sino a los partidos políticos como estructuras impunes y absolutamente responsables de la corrupción y la estafa que llamaron crisis.
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