Amigos y familiares de un joven senegalés desaparecido en Almería hace ya más de trece días esperan impotentes ante los juzgados de la ciudad para poder ver el cuerpo. Maguette Fall, conocido como Max, se esfumó la noche del pasado 11 de febrero tras pasar una velada en casa de unos amigos. Por motivos desconocidos, las autoridades retrasan –sin justificación lógica aparente- el momento de mostrar el cuerpo a la familia. La autopsia ya se había realizado pero no se ha informado a la familia de nada en absoluto, hecho que les ha llevado a que sus sospechas sobre el motivo de la muerte del joven cobren más consistencia.
El desaparecido venía de una familia de pescadores, su hermano conoce bien el mar y asegura que es imposible que el cuerpo de una persona ahogada aparezca exactamente en el mismo lugar en el que desapareció al cabo de casi dos semanas con las fuertes rachas de viento que se han sucedido desde días atrás en el mar de Almería.
El joven senegalés desapareció tras ser identificado por unos agentes, aunque minutos antes había tratado de escapar de la policía para no tener que mostrar su carnet y ser reconocido por los agentes -ya que no tenía los papeles exigidos por el Estado-. Parece ser que tras mostrar su acreditación emprendió la huida hacía el mar, fuentes policiales afirman que conforme avanzaba se desprendía de su ropa. Los agentes sostienen que pasaron toda la noche tratando de encontrarle con la ayuda de Salvamento Marítimo y Cruz Roja.
La Policía Científica fue quien confirmó que el cuerpo del joven senegalés que se halló en la playa andaluza de El Zapillo trece días después de la desaparición pertenecía al joven Maguette. El cuerpo se trasladó al Instituto Anatómico Forense para practicarle la autopsia y dar parte a los familiares. Días después, estos todavía no han podido ver el cuerpo y corroborar que el joven murió ahogado y no en otras circunstancias.
C.Brühl