Menos de una semana ha durado el regocijo por el acuerdo de paz firmado por el Gobierno de Colombia con las FARC, que no ha sido refrendado por las urnas, en las que los colombianos han votado “no” al pacto con un estrechísimo margen en un referéndum marcado por la altísima abstención.
En una breve alocución al país en la Casa de Nariño, rodeado de su equipo negociador de paz, el presidente ha afirmado que esta situación abre una ventana de oportunidad «con la nueva realidad política», y ha reconocido que «todos, sin excepción, quieren la paz», tanto los del ‘no’ como los del ‘sí’ por lo que ha lanzado las bases para un diálogo nacional. «Mañana mismo convocaré a todas las fuerzas políticas, y en particular a las que se manifestaron hoy por el ‘no’, para escucharlas, abrir espacios de diálogo y determinar el camino a seguir», ha trasladado.
Santos no ha mencionado a nadie en particular, pero las fuerzas del ‘no’ con las que buscará dialogar están lideradas por su antecesor, el expresidente Álvaro Uribe, líder de la oposición y del partido de derechas Centro Democrático, crítico feroz del acuerdo firmado con las FARC en una ceremonia solemne el pasado 26 de abril en Cartagena de Indias apadrinada por la comunidad internacional.
Para disipar temores sobre una posible reanudación de las hostilidades con las FARC, el presidente Santos ha asegurado que el alto el fuego y de hostilidades bilateral y definitivo con esa guerrilla, que comenzó el pasado 29 de agosto, «sigue vigente, y seguirá vigente». De la misma manera, ha anunciado que ordenó al jefe negociador del Gobierno, Humberto de la Calle, y al Alto Comisionado de Paz, Sergio Jaramillo, «que viajen mañana mismo a La Habana a mantener informados a los negociadores de las FARC sobre el resultado de este diálogo político».
«Ahora vamos a decidir entre todos cuál es el camino que debemos tomar para que la paz, esa paz que todos queremos, sea posible y salga todavía más fortalecida de esta situación», ha afirmado Santos, al subrayar que no se rendirá ante este tropiezo que constituye su peor derrota política.
Las FARC también apuestan por la paz y la lucha con la palabra
Los jefes de las FARC, que tras la firma de la paz viajaron a La Habana donde esperaron el resultado del plebiscito, han reaccionado con aplomo. En una comparecencia, el líder de la guerrilla, Rodrigo Londoño, alias «Timochenko», ha suscrito las palabras del presidente, afirmando que mantiene «su voluntad de paz» «y su disposición de usar solamente la palabra como arma de construcción hacia el futuro».