Este fin de semana, 2, 3 y 4 de mayo, ha tenido lugar en Villarrobledo el mayor festival de rock que se celebra en España. Este año el Viña Rock, en su dieciocho aniversario, se ha consolidado como mítico con una asistencia de cerca de más de 61.0000 asistentes y la actuación de 70 grupos. El esperadísimo cartel reunía lo más variado del rock, el ska y el rap. Ska-p, Lendakaris Muertos o S.A. ya son viejos amigos del festival pero volvieron a dar un lleno absoluto y un espectáculo inmejorable.
El Viña Rock agotó las entradas a tres días de la celebración del evento, y es que este año el cartel ha sido muy variado, para todos los gustos dentro del mejor rock. La gran oferta del festival permite crearse un menú de conciertos a la carta. El esperado regreso de KOP fue grandioso para ellos y sus fans, al igual que la satisfacción que sintió el grupo valenciano La Raíz que cada año reúne a más seguidores de todas partes. El rap reunió reggea y las mejores letras de Lírico. Los rockeros más legendarios como Sepultura, Narco o Sociedad Alkoholika se unían junto a los jóvenes y buenrolleros Bongo Botrako, La Pegatina o los italianos Talco. Los no tan jóvenes Obrint Pas realizaron el jueves una de sus últimas actuaciones tras anunciar que se retiraban el pasado marzo.
La gran masa de tiendas formaba colmenas de gente que se unía fraternalmente alrededor de la mejor mesa de camping y que creaba un mundo paralelo al festival del Viña Rock, convirtiéndolo en un todo, el recinto para la música y el camping para la fiesta.
Las instalaciones mejoran cada año, duchas y aseos portátiles limpios cada mañana, además de ofrecer todo tipo de servicios como recarga de móviles o guarda pertenencias. Además, comer y beber en el Viña Rock es muy asequible.
Sin embargo, pese a que la organización ha mejorado y el control era exhaustivo dentro del recinto, la tragedia no se pudo evitar y un joven madrileño de 25 años perdió la vida en el Hospital general de Villarrobledo debido a una parada cardiorrespiratoria.
Aún así el viña se ha convertido en el festival identificativo del rock con buena música y mejor ambiente. El pueblo, Villarrobledo, abre sus puertas -incluso las de sus casas- para recibir al aluvión de personas que buscan la escencia del Viña, bailar ska y conocer gente, haga sol o truene. Se trata de un punto de encuentro anual para amigos que quizá no se ven hasta esa fecha. Sin duda alguna, una cita obligada para cualquier festivalero y una experiencia que no se olvida y anima a repetir.
Por Julia Marhuenda