Su herencia personal es legendaria. Estimada en dos mil millones de dólares, el monarca también ha obtenido enormes negocios para empresas españolas, en particular en los países del Golfo. Pero cuando su hija Cristina terminó en el punto de mira del poder judicial, Juan Carlos se dio cuenta de que era hora de hacerse a un lado. Sabía cómo elegir el momento: el Partido Popular estaba todavía firme en el poder y el conato de la secesión catalana por venir. Sin embargo, algo en el traspaso de los poderes no funcionó. Su hijo Felipe VI, que es muy cercano a su madre Sofía, no se lleva del todo bien con él. Juan Carlos, por otro lado, había aconsejado no casarse con una burguesa, Letizia Ortiz. Según informaciones del diario italiano el Corriere della Sera, su relación es fría.
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