En un escrito aparecido en la revista Interviú y que dicha publicación ha atribuido al fiscal del caso Nóos, se detalla que este, que presuntamente debía ejercer la acusación, marcó el camino a seguir y trazó una detallada estrategia jurídica para que la infanta Cristina no fuera condenada.
Así, según la revista, cuando los abogados de la infanta decidieron anunciar que recurrirían la imputación de la misma, fue Horrach el que medió para que no dieran ese paso, ya que, según su perspectiva, era más beneficioso para la infanta.
«Propongo convencer a los abogados de la infanta de que la opción más inteligente es la de no recurrir […] y que propongan la comparecencia voluntaria de la infanta a la mayor brevedad posible».
Así, los abogados de la infanta habrían seguido el consejo del fiscal y conseguido los objetivos de la supuesta estrategia conjunta.
Llama la atención el que, a lo largo de todo el documento, el fiscal trata a los abogados defensores de la infanta Cristina como si fueran todos ellos un equipo, hablando siempre en primera persona: «No podemos permitirnos el lujo de recurrir», y dejando claro que se trata de una estrategia a medio plazo. «Estamos aún en una fase previa. Revirtamos la situación a nuestro favor para ganar la guerra».
De momento, todo lo que aparece en el documento se ha ido cumpliendo. Sin embargo, el fiscal Horrach ha desmentido todas las informaciones comunicando que «no existe ese documento».
Pero según ha informado Interviú, su huella digital es comprobable en el escrito, además de que está firmado con las iniciales del fiscal, Pedro Horrach Anom.
En el escrito, la persona que supuestamente debería actuar como acusación de la infanta, explica sus planes para conseguir que Cristina de Borbón no sea procesada. «Su declaración sería la base fundamental para una inmediata petición de archivo. El propio juez muy probablemente accediera al sobreseimiento».
En el escrito también consta la preocupación de la Casa Real sobre la exposición mediática negativa que están sufriendo y la necesidad de acelerar el proceso, así como que la Zarzuela deje de opinar sobre el mismo. «Las dos últimas manifestaciones de la Casa Real no han hecho más que sulfurar la opinión pública». Este es otro de los objetivos propios de una defensa cumplidos por el fiscal que, en principio, debería llevar la acusación de la infanta Cristina.