Acabar totalmente con la reforma laboral del PP o imponer una derogación ‘light’. Es el pulso que están librando Pedro Sánchez y Pablo Iglesias en estos momentos, según explican fuentes cercanas a las negociaciones para conformar el Gobierno de coalición. El líder de Unidas Podemos ha puesto pie en pared y busca fulminar la norma que impulsó Fátima Báñez en 2012 y de la que Mariano Rajoy se siente tan orgulloso. Pero el candidato oficial a la investidura siempre se ha manifestado partidario de modificar los aspectos más lesivos de la misma y está expresando sus recelos.
La reforma laboral es el punto de la discordia entre Sánchez e Iglesias. Algo que están abordando directamente ellos, según fuentes de su entorno. Ya cuando cerraron el preacuerdo, el 12-N (entonces hablaron en genérico de «combatir la precariedad del mercado laboral y garantizar trabajo digno, estable y de calidad») se presentó como el principal escollo en la negociación y ese ‘tira y afloja’ continúa presente. Ambos líderes representan dos formas sensiblemente distintas