En la Escuela de Verano del PP en Gandía (Valencia), el portavoz del PP en la Asamblea de Madrid Íñigo Henríquez de Luna, al hilo de una charla sobre regeneración política, ha arremetido contra el movimiento ciudadano 15M contado a su auditorio «lo mal que lo pasó» cuando acudió en 2011 a la constitución del Ayuntamiento de Getafe y fue recibido por una «masa de 3.000 personas» al grito de «no hay pan para tanto chorizo» y «lo llaman democracia y no lo es».
Para Íñigo Henríquez, el hecho de que miembros del 15M realizaran una concentración pacífica a las puertas de un ayuntamiento les convierte en «enemigos del sistema». Con la intención de transmitir su impresión negativa del movimiento ciudadano, Henríquez ha recurrido a la anécdota de haber llevado a su hija de 12 años aquel día a Getafe y ha incidido en el supuesto miedo que la niña hubiera podido pasar ante las protestas de los manifestantes.
«Llegar allí ante una masa de 3.000 personas diciéndote ‘no hay pan para tanto chorizo’ y ver lo mal que lo pasó mi propia hija, la verdad es que, sinceramente, hay que luchar contra ellos porque ellos sí que son los enemigos del sistema», ha dicho lamentando el mal trago personal de una hija que escuchó cómo llamaban chorizos a los representantes de la Asamblea a la cual pertenecía su padre.
Además, el portavoz del PP ha alabado la democracia representativa -aquella en la que los ciudadanos eligen a sus representantes cada cuatro años y no pueden decidir nada más sobre la gestión de los asuntos públicos- frente a la democracia participativa defendida por la mayor parte del movimiento 15M, donde la ciudadanía tendría una mayor capacidad para opinar y participar en la toma de decisiones políticas, en la legislación y en el control de los gestores públicos. Según Henríquez, la democracia «o es representativa o no es democracia» y sólo puede ser autoritarismo, una opinión que ha usado para cargar contra los ciudadanos que piden democracia participativa y el movimiento 15M en general.
El 15m defendió por esa época la ampliación de los referéndums y las consultas populares a varias al año, e intentó generar métodos de participación ciudadana en política, considerando la democracia líquida o buscando fórmulas en países como Suiza, Brasil e Islandia, donde ya funcionan los referéndums vinculantes como forma de tomar decisiones que atañen al conjunto de la población.
Sin embargo, Henríquez de Luna ha reconocido fallos en la democracia representativa, porque faltan «nexos de comunicación» entre los diputados y los ciudadanos, motivo por el cual no hay herramientas para que el diputado pueda saber qué quiere la gente que le ha votado. Además, ha asegurado que la Ley de Transparencia, “va a ser un hito», aunque por el momento esta parece quedarse muy por detrás de las legislaciones al respecto en casi la totalidad de los países del entorno y ha sido fuertemente cuestionada por la oposición.