El presidente del Gobierno de España no podrá ocultarse esta vez tras la pantalla de plasma a la que ya nos tiene acostumbrados y deberá hacer el paseíllo hasta la sala del tribunal que juzga la primera época de la ‘trama Gürtel’ el próximo 26 de julio a las 9.30 horas para declarar como testigo en el caso de corrupción que involucra al Partido Popular.
En este sentido, los magistrados han ponderado las razones alegadas por el PP para que Rajoy declarara en plasma, y las han rechazado todas al considerar que “ni son consistentes ni tampoco son razones que impidan al testigo acudir ante el Tribunal (causas de fuerza mayor)”.
En primer lugar, el PP sostenía que sería muy caro para los españoles que Rajoy tuviera que desplazarse hasta San Fernando de Henares, donde está la Sala, para declarar en persona, porque “implicaría un despliegue importante de recursos públicos”. La Audiencia Nacional “no acierta a entender en qué consiste ese despliegue importante únicamente por el hecho de tener que desplazarse el testigo 18 kilómetros hasta la citada localidad”, ya que el PP, en su solicitud, no aclaraba este punto.
La resolución ha sido adoptada en votación de los magistrados de la Sala, que han rechazado por dos votos contra uno la petición del PP. El voto discrepante ha sido el del propio presidente del tribunal, Ángel Hurtado. La mayoría obliga, por tanto, a Rajoy a acudir físicamente a declarar aunque, dice el auto, que “dada la condición de testigo se considera procedente adoptar cuantas medidas sean necesarias para preservar su imagen institucional, testificando en estrado en la forma que determine el Tribunal”.
Por su parte, Mariano Rajoy ha reaccionado a la citación asegurando: “Estoy a lo que dispongan los tribunales”. Así se ha expresado en rueda de prensa conjunta con el primer ministro de Portugal en el país vecino, al término de la vigésimo novena cumbre luso-española, a la que el presidente español ha acudido con varios de sus ministros.