Concluye el debate y votación de investidura de Mariano Rajoy con el resultado ya cantado desde hace semanas, con una sesión tensa en la que ni los votos disidentes del “no” entre los militantes del PSOE han sido más de los esperados: Rajoy continúa siendo presidente, ya no en funciones, de España y lo hace tras pronunciar un discurso con el que ha anunciado que no tiene intención alguna de dar marcha atrás o replantearse ninguna de sus políticas previas.
En la jornada, durante la que se ha destilado tristeza y resignación desde la bancada socialista, ha destacado la intervención durísima del diputado de ERC Gabriel Rufián, enfocada tan solo al partido socialista y sus diputados, a los que ha acusado de “traidores”, un discurso que le ha valido la queja del portavoz del PSOE, Antonio Hernando, que ha solicitado réplica al final del debate y que le ha sido denegada, como ocurriera hace dos días con Pablo Iglesias, por la presidenta del Congreso, Ana Pastor.
El otro momento de crispación destacable ha tenido lugar cuando, desde el grupo de Ciudadanos, los diputados de la formación naranja han comenzado a acusar a los diputados de Podemos de “etarras” por no aplaudir la intervención del portavoz popular, Rafael Hernando, que arremetía contra el discurso previo del portavoz de Bildu. Los gritos cruzados entre las dos formaciones han paralizado momentáneamente la sesión.
Comienza así una nueva etapa de Gobierno en la que de nuevo poco más hay que la composición de la Cámara, en la que ahora un PP sin mayoría absoluta no tendrá tan fácil imponer sus medidas continuistas. Mientras, en numerosas ciudades españolas, manifestaciones pacíficas contra la “investidura ilegítima” recorrían las calles en muestras de rechazo.