El exdelegado del Gobierno en Ceuta Luis Vicente Moro, que trabajó dos años en Constructora Hispánica, una de las sociedades que aparecen en los papeles de Bárcenas como donante del PP, ha explicado que la empresa contrataba a jóvenes del partido como contraprestación.
Según ha indicado, los dirigentes de la constructora mantenían reuniones en la sede del PP de la calle Génova y la empresa contrataba a jóvenes del partido, aunque nunca a gente relevante, como contraprestación.
Moro ha explicado que era amigo del expresidente madrileño Ignacio González, con quien mantuvo varias conversaciones pinchadas en el caso Lezo (en el que está imputado) que hoy ha relatado ante el juez del caso Bárcenas, José de la Mata.
González le contó, según la versión del testigo, que Lapuerta le dijo que las adjudicaciones las controlaba el PP de Génova y, cuando pasó a ser vicepresidente madrileño en 2003, el extesorero intentó hacer lo mismo con las adjudicaciones públicas de la Comunidad de Madrid.
Él, ha dicho hoy al magistrado, no accedió a la petición de Lapuerta y por ello cayó en desgracia.
Las declaraciones de Moro y Ortega se han producido a petición de la acusación que ejerce IU y con ellas se cierra esta ronda de comparecencias de cinco testigos esta semana.
Ayer declaró como testigo el ex director general Calidad Ambiental de la Comunidad, Ignacio López-Galiacho, imputado en Lezo, y Pedro Catalina, quienes dijeron desconocer por qué Rafael Palencia (empresario que afirmó en una grabación que había pagado comisiones ilegales al PP) explicó que María Paz González (exviceconsejera de Medio Ambiente) le había dicho que se reuniese con «un tal Ignacio» (presuntamente López-Galiacho) y con «Pedro Catalina».
Sí que admitieron que quizá pudieron reunirse en alguna ocasión con Palencia, si bien no precisaron cuál fue el motivo de la reunión.