La Federación de Sanidad del sindicato CCOO Madrid denunció el pasado lunes ante la Inspección de Trabajo la contratación de personal ajeno a la empresa de la lavandería Central Hospitalaria de Mejorada del Campo (Madrid), así como la sustitución de sus trabajadores, que cumplen ya 11 días de huelga indefinida desde que CGT y Comisiones Obreras la convocaran el 6 de diciembre a petición de los trabajadores movilizados por la propia Asociación de Empleados, creada por ellos mismos pero sin capacidad jurídica para la convocatoria.
«Más del 85% de la actividad de la Lavandería se está derivando a otras lavanderías», según ha denunciado CCOO, ya que antes del inicio de la huelga el volumen de ropa tratada en la empresa era de unos 35.000 kilos diarios, mientras que ahora tan sólo reciben unos 5.000 kilos.
Además, los vehículos que trasladan la ropa sucia de Hospitales de la Red Sanitaria Madrileña, habitualmente conducidos por el propio personal de la Lavandería Hospitalaria, llegan ahora manejados por trabajadores autónomos o de otras empresas, sin embargo, a los propios empleados de la Lavandería que se encuentran en situación de “servicios mínimos” no les están siendo asignados turnos algunos.
Según informa Comisiones Obreras en nota de prensa, la empresa concesionaria Flisa (del grupo ONCE), que es la empresa privada beneficiaria de la licitación del servicio público de lavado de los hospitales recientemente, está subcontratando a otras empresas el servicio de recogida y transporte para suplantar funciones de los trabajadores que están ejerciendo su derecho a la huelga, en este caso los conductores.
Esto «supone una clara vulneración del derecho a la huelga y a la normativa sobre relaciones de trabajo», que prohíbe al empresario la sustitución de los trabajadores en huelga por otros que no estuviesen vinculados a la empresa antes del paro laboral.
La privatización de la Lavandería Hospitalaria Central, que durante más de 30 años se ha dedicado al lavado de las prendas de los hospitales madrileños, es una más de las piezas dentro de los planes privatizadores de la Comunidad de Madrid, cuyo consejero de Sanidad, Javier Fernández-Lasquetty, justifica la derivación de las labores de lavandería a la empresa privada Flisa debido al aumento de precio del kilogramo de ropa lavado en los últimos años, mientras que los trabajadores en huelga denuncian “una mala gestión de los recursos materiales y humanos”.
La decisión de privatizar la gestión surge de la modificación de los Presupuestos de 2012 realizada en julio de 2013, y que ya incluía la extinción de determinadas categorías laborales, como la del personal de lavandería.
La empresa Flisa, que recibió la adjudicación de la gestión de la Lavandería Central y debía hacerse cargo del servicio a partir del 1 de diciembre pasado y durante los próximos 4 años, impuso desde el principio sus nuevas condiciones laborales: un aumento de la jornada laboral, que pasa de 37,5 horas a 40 horas semanales y una reducción de sueldo cercana al 50% para los 207 trabajadores interinos y eventuales que formaban parte de la plantilla, lo que suponía pasar de cobrar 1.200 euros mensuales a tan solo 640.
La aceptación de las nuevas condiciones laborales debía ser firmada por los empleados dentro del plazo de 11 días que Flisa impuso, de lo contrario, los trabajadores que no aceptaran serían despedidos. Los ochenta trabajadores que se negaron a firmar el nuevo contrato perdieron su empleo pero continúan apoyando a sus antiguos compañeros en la huelga que mantienen contra la privatización de la gestión de su trabajo.
Los trabajadores de Sanidad denuncian un empeoramiento en la calidad del servicio de lavandería a los hospitales y la destrucción de empleo público a causa de la privatización, así como el beneficio para la nueva empresa privada a costa de los trabajadores.
Para mañana miércoles 18 de diciembre, los trabajadores han convocado una concentración ante la sede de la ONCE en Madrid a las 19.00 horas.