La única querella admitida a trámite por el juez, de todas las presentadas a causa de las fuertes cargas policiales llevadas a cabo en Plaça Catalunya en la mañana del 27 de mayo de 2011, ha concluido, tras el juicio de faltas al subinspector de los Mossos d’Esquadra Jordi Arasa, con la absolución del agente. Con esta resolución judicial, la actuación de las brigadas ARRO de ese día, que se saldó con decenas de activistas heridos, quedará ya impune.
El subinspector Jordi Arasa fue denunciado por el diputado de las CUP David Fernández, que se encontraba entre los indignados ese día, por haber recibido del agente 23 golpes de porra y múltiples contusiones y hematomas que le obligaron a tener tratamiento médico durante una semana por una lesión en la pierna. Además de la falta de lesiones, la acusación también denunciaba al mosso por vejación y coacción a la víctima.
Durante su declaración en el juicio, Fernández dijo haber podido presentar la denuncia personalizada porque, en el momento de la agresión, el mosso llevaba la visera del casco levantada, motivo por el que pudo reconocerle, ya que, debido a su pasado oficio de periodista, ya había tenido la ocasión de verle actuar en diversos operativos policiales anteriores.
A pesar del parte de lesiones y de que el acusado reconoció ante el juez que “es muy probable” que propinara golpes de porra a la víctima tras reconocerse en los vídeos aportados como prueba, el magistrado no aprecia “actuación desmedida” en la intervención del mosso ni que los golpes dados por él tuvieran una “potencia cinética desproporcionada”. Además, basándose en la resistencia pacífica de los activistas, que no deseaban ser desalojados de la plaza, el juez considera justificada la actuación policial en su conjunto y, por tanto, concluye que Jordi Arasa procedió “en cumplimiento de un deber”, lo que le exime de los cargos.
El fallo judicial no ha sido una sorpresa para el demandante, cuyo abogado ya denunció públicamente la actitud de la Fiscalía, “contemplativa y displicente”, y su “doble vara de medir”, en relación al “tono inquisitorio” empleado por el fiscal cuando interrogaba al diputado de las CUP, a pesar de que se trataba de la víctima. De hecho, la propia Fiscalía había solicitado ya la absolución del subinspector de los mossos por considerar que “no se puede afirmar que hubiera extralimitación policial”.
Las cargas policiales en Plaça Catalunya tuvieron lugar cuando los indignados del 15M, que se encontraban acampados en la céntrica plaza barcelonesa, se resistieron pacíficamente, sentados en el suelo, a ser desalojados por la orden del Ayuntamiento de despejar la acampada de la plaza, con la excusa de un operativo de limpieza para permitir en el lugar la celebración de la final de la Champios League de Fútbol.
Múltiples fueron las denuncias de agresión por parte de los agentes presentadas por los activistas, pero todas fueron sobreseídas por el juez de instrucción por considerar la intervención policial proporcionada y correcta. La denuncia de David Fernández logró que la Audiencia Nacional, al admitir la querella del diputado, dejara provisionalmente sin efecto el sobreseimiento del caso, que ahora, tras la absolución del agente, ya queda archivado.
El diputado de las CUP David Fernández es conocido por protagonizar el momento más tenso durante la comisión de investigación del Parlament catalán sobre el caso de las cajas de ahorros, al mostrar al expresidente de Bankia, Rodrigo Rato, una de sus sandalias simbólicamente. “¿Sabe lo que hacen en Irak con esto, como símbolo de humillación y desprecio al poder?”, fueron las palabras del diputado para el exministro, a quien acusó de hacer perderlo todo a millones de familias en España.