Con motivo del nombramiento del presidente de Asturias, Javier Fernández, al frente de la comisión gestora que dirigirá el PSOE en estos momentos de incertidumbre sobre el futuro gobierno español, el secretario de Organización de Podemos, Pablo Echenique, ha echado mano de la hemeroteca para explicar con un vídeo quién es Fernández y cuáles son sus relaciones de afinidad con el PP asturiano.
El documento, titulado “La batalla de Oviedo”, denuncia el “reparto clientelar” de los territorios asturianos entre PP y PSOE durante décadas como si fuera un “intercambio de cromos” con el que ambos partidos mantenían un status quo repartiéndose mediante pactos los cargos públicos y las empresas privatizadas a dirigir desde los consejos de administración por personas de ambos partidos.
Para entender quién es Javier Fernández, presidente de la gestora del PSOE, os recomiendo este vídeo de @PodemosAsturies. Vale la pena. pic.twitter.com/4Ph4gv9y84
— Pablo Echenique (@pnique) 2 de octubre de 2016
Para entender quién es Javier Fernández, presidente de la gestora del PSOE, os recomiendo este vídeo de @PodemosAsturies. Vale la pena. pic.twitter.com/4Ph4gv9y84
— Pablo Echenique (@pnique) 2 de octubre de 2016
El vídeo fue realizado hace nueve meses por Podemos para explicar por qué, en un cambio repentino de última hora, la formación Somos Oviedo renunció a la alcaldía a favor del PSOE tras las elecciones locales, donde su resultado de 6 concejales era superior a los 5 de los socialistas, además de ser apoyado por los 3 de IU frente a los 11 del PP y los 2 de Ciudadanos.
En el vídeo se explica cómo, a pesar de que el Ayuntamiento de Oviedo aparecía como uno de los posibles consistorios del cambio, Javier Fernández maniobró en la Federación Socialista Asturiana para que ordenara a los concejales del PSOE en la ciudad que no votaran a favor de investir alcaldesa a la candidata de Podemos, Ana Taboada, y votaran por sí mismos, lo que conducía inevitablemente a investir como alcalde a Agustín Iglesias Caunedo y darle de nuevo el gobierno local al PP, que ya ostentaba más de dos décadas al frente del Consistorio rodeado de escándalos de corrupción. Con este movimiento, Fernández lograba conservar el status quo de poder repartido entre los suyos y el PP asturiano.