
Carlos Fabra, el expresidente de la Diputación de Castellón y del PP provincial, conocido por su aeropuerto sin aviones, ya ha iniciado el procedimiento para solicitar el tercer grado penitenciario tan solo siete meses después de ingresar en prisión, lo que le permitiría un régimen abierto en un centro de reinserción al que solo tendría que ir a dormir.
Fabra, para quien la Fiscalía solicitaba una pena de 13 años de cárcel por su implicación en el ‘caso Naranjax’, fue condenado finalmente solo a cuatro años por haber cometido varios delitos fiscales defraudando a las arcas públicas 693.000 euros, una condena que cumple en la prisión de Aranjuez desde el pasado 1 de diciembre, diez días después de que el Gobierno le denegara el indulto.
El Tribunal Superior de Justicia valenciano ha informado este jueves que el pasado viernes, la sección primera de la Audiencia de Castellón recibió un escrito de Carlos Fabra en el que se solicitaba un certificado de las cantidades abonadas para hacer frente a la responsabilidad civil a la que fue condenado.
Fabra solicitaba ese certificado para poderlo aportar a la junta de tratamiento penitenciado, lo cual, según ha avanzado la cadena Ser, supone un paso previo para solicitar el tercer grado penitenciario.
Según el TSJCV, el tercer grado o cualquiera otra situación penitenciaria no es competencia de la Audiencia de Castellón sino que las peticiones las resuelve el juzgado de vigilancia penitenciaria con competencias sobre el centro penitenciario en el que se cumple la pena, en este caso el de Aranjuez. (Postdigital/Agencias)