De las dos demandas de paternidad presentadas contra el antiguo monarca español Juan Carlos I, el Tribunal Supremo ha admitido este miércoles una, la de la ciudadana belga Ingrid Jeanne Satiau, basándose en un documento notarial presentado por la demandante.
En el documento, certificado ante notario en 1980 por la madre de la demandante, consta que el nacimiento de Ingrid en 1966 fue el resultado de un largo encuentro sexual que mantuvo en un hotel de la Costa del Sol durante tres días de 1965 con “un hombre gentil, guapo, dulce y con ojos azules”. Según refiere, la madre de Ingrid huyó a Bélgica tras enterarse por el conserje del hotel de que ese hombre sería el futuro rey de España y nunca volvió a tener contacto con él.
La otra demanda de paternidad, la de Alberto Solá, nacido en 1956 y dado en adopción cuando tenía ocho años, no ha sido admitida por el Supremo, al considerar que el demandante no ha aportado pruebas suficientes para ello, aunque entregó una supuesta prueba de ADN del rey abdicado.
Los magistrados del Supremo llamarán próximamente a Juan Carlos I para que se persone en la causa, momento a partir del cual el antiguo rey tendrá 20 días de plazo para contestar la demanda. Si no se produce un acuerdo previo entre las partes, se celebrará una vista pública que tendrá lugar probablemente antes del verano y en esta, a solicitud de la demandante, Juan Carlos I podría ser interrogado.