El rocambolesco caso de los titiriteros encarcelados acusados de enaltecimiento del terrorismo por la representación de una obra de guiñol ha sido finalmente archivado por el juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno, al no encontrar prueba alguna que justifique la acusación.
Moreno envió a los dos artistas a la cárcel, a petición del Ministerio Público, el pasado mes de febrero después de que representaran en el barrio madrileño de Tetuán, durante los carnavales y ante un público infantil, la obra La Bruja y Don Cristóbal en la que mostraron un pequeño cartel con la leyenda «Gora Alka ETA». En un ambiente de fuerte polémica y apoyo social hacia los titiriteros, el juez les dejó en libertad y les impuso comparecencias en el Juzgado, prohibiéndoles también salir del territorio nacional.
En un auto, el magistrado se hace eco del cambio de criterio de la Fiscalía respecto a este procedimiento y asegura que no ha quedado «debidamente acreditada la perpetración» del delito que se les imputaba.
El magistrado cambia de opinión y se une ahora al criterio de la Fiscalía, que ya se echó anteriormente atrás en su postura acusatoria, y reproduce en su auto el escrito remitido en el que se constata que los dos artistas sólo pretendían hacer una crítica «a la actuación policial» y el cartel constituía una prueba falsa colocada para incriminar a uno de los personajes.
«En ningún momento en todo el desarrollo de la obra los dos actores realizaron actos o profirieron expresiones de alabanza, ensalzamiento, enaltecimiento ni justificación o promoción de la actividad terrorista», asevera la Fiscalía. También admite que la obra «fue ininteligible para el público en general» porque se representó en esperanto.
Sin embargo, el magistrado sostiene la causa contra los titiriteros por una presunta comisión de delito co ocasión del ejercicio de los derechos fundamentales y d las libertades públicas, que ha remitido a los Juzgados de Plaza Castilla. Una vez más, se ciñe al criterio del fiscal y deja en manos de las dependencias judiciales madrileñas la decisión sobre si la obra supuso una lesión para la dignidad de las personas por la asistencia de público infantil, a pesar de que los acusados insisten en que el programa indicaba que la obra era para adultos.
Por otro lado, el juez no admite a trámite las denuncias presentadas por dos asociaciones de víctimas contra los actores Alberto San Juan y Gloria Muñoz, que volvieron a representar en Madrid la obra de títeres y mostraron el mismo cartel. Considera que su intención fue la de solidarizarse con los dos titiriteros y señala que cuando reprodujeron la obra no había niños presentes ni se produjo ninguna alteración del orden público. (Postdigital/Agencias)