
La aprobación de la reducción de la semana laboral a cuatro días es un reto al que empiezan a enfrentarse algunos gobiernos europeos. Tras la aprobación en Islandia y el reciente debate en España, Escocia es ahora el siguiente territorio en dar un paso adelante a favor de los derechos de los trabajadores. El Partido Nacional Escocés (SNP), que lidera el gobierno, ha comenzado a considerar nuevos experimentos con la jornada laboral de cuatro días en múltiples sectores laborales con el objetivo de extenderla a todas las empresas.
Hasta ahora, algunas grandes empresas nacionales se han sumado a la iniciativa, como UPAC Group, una empresa de envasado con sede en Glasgow, y Orocco, una empresa de construcción con sede en Edimburgo. Muchos otros han declinado por completo. Tal es el desacuerdo que el gobierno ha decidido continuar con las pruebas piloto antes de tomar una decisión definitiva. Uno de los elementos clave de esta iniciativa es el mantenimiento del salario íntegro a pesar de la reducción de horas.
Según el último estudio realizado por el think tank escocés IPPR, el 80% de los escoceses estaría a favor de la reducción porque cree que «tendrá un efecto positivo en su bienestar». Asimismo, según fuentes gubernamentales, 9 de cada 10 funcionarios también están a favor de la medida y consideran totalmente factible la reorganización de la jornada laboral para alcanzar niveles de productividad similares a los actuales. A la vista de estas abrumadoras cifras de aceptación, el Gobierno escocés ha instado a las empresas nacionales a que se adhieran al proyecto piloto para que puedan estudiar la mejor manera de aplicar la reducción de forma generalizada