Así lo recoge el Boletín Oficial del Estado (BOE), donde se ha publicado una revalorización de las pensiones inferior al aumento del precio de los medicamentos que los pensionistas han de pagar, ya que las pensiones se hayan desvinculadas del Índice de Precios al Consumo (IPC), pero no así el coste de los fármacos, que sí se ven afectados por este indicador.
La revalorización de las pensiones para 2014 será tan sólo del 0,25%, inferior a la subida del IPC o aumento de los precios, mientras que el tope mensual para el coste de los medicamentos subirá hasta el 1,5% a partir del 1 de enero de 2014.
De esta manera, los pensionistas con una renta por debajo de los 18.000 euros anuales verán incrementar el precio máximo que pagan por sus tratamientos hasta 8,26 euros al mes, quienes tengan rentas entre los 18.000 y los 100.000 euros pagarán un máximo de 18,59 euros, y aquellos cuyas rentas sean superiores a los 100.000 euros llegarán hasta los 62 euros mensuales.
La actualización de los precios de los tratamientos médicos ya subió en 2013 a pesar de que las pensiones permanecieron congeladas, lo que supone un menor poder adquisitivo para los pensionistas, que generalmente se ven afectados por diversas enfermedades de carácter crónico que requieren un consumo constante de productos farmacéuticos.
Con la nueva normativa del 1 de octubre pasado, los medicamentos dispensados en las farmacias hospitalarias ya deben ser costeados en una parte por el paciente y, por tanto, también experimentarán una subida en el precio.
Para los fármacos ATC de aportación reducida, que son casi todos los medicamentos básicos -insulínicos, diuréticos, heparinas, antiarrítimicos, hormonales, antituberculosos, inmunosupresores de los trasplantados, antidepresivos, antipsicóticos-, para los que la aportación económica del enfermo es del 10%, el coste máximo a pagar por envase será ya de 4,26 euros a partir de enero.
Aunque la diferencia mensual tras aplicar el porcentaje del 1,5% consista en una subida de tan sólo algunos céntimos, para muchas familias con enfermos crónicos que consumen una gran cantidad de productos y envases, la acumulación de costes supone un incremento considerable en la carga económica que asumen por el gasto de la enfermedad, algo que ya se ha convertido en una situación insostenible en muchos hogares.