Una grabación telefónica, publicada por un nuevo usuario a través de la red social Youtube, ha tenido un fuerte impacto en la prensa internacional tras ser publicado por el medio Russian Today, por tratarse de la conversación entre Catherine Ashton, alta representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, y Urmas Paet, ministro de Exteriores de Estonia, cuyo Gobierno dimitió ayer en bloque.
Se trata de la llamada de teléfono que Paet realizó el pasado 26 de febrero a Ashton tras su regreso de una estancia de apenas 24 horas en Ucrania, donde tuvo ocasión de reunirse con representantes de la nueva coalición en el Gobierno del país y activistas del Maidan. La veracidad de la grabación ha sido confirmada por el propio Ministerio de Exteriores de Estonia.
A lo largo de la conversación, el ministro explica a Ashton cuáles han sido sus impresiones sobre Kiev y la situación ucraniana, que califica de “muy triste”, y se bosquejan las intenciones de la Comisión Europea con respecto a su aportación para solventar el conflicto. Sin embargo, lo que ha impactado a los medios internacionales han sido las declaraciones de Paet sobre los francotiradores de Kiev.
Según lo referido por la activista de Maidan Olga Bogomolets al ministro durante su estancia, “todas las evidencias muestran que los francotiradores que mataron a personas de ambos bandos, entre policías y gente de la calle, eran los mismos matando a gente de los dos lados”.
“Me mostraron algunas fotos, ella dijo que hay doctores que dicen que es la misma impronta, el mismo tipo de balas, y es muy inquietante que ahora la nueva coalición no quiera investigar lo que ocurrió exactamente”, explica el ministro estonio al teléfono, y añade que “cada vez se hace más claro que tras los tiradores no estaba Yanukovich, sino alguien de la nueva coalición”.
Ante estas explicaciones, Catherine Ashton muestra su perplejidad: “Pienso que queremos investigar. Quiero decir, no lo sabía, es interesante”.
Estas afirmaciones, de ser ciertas, contradecirían las versiones sobre las represalias entre los francotiradores de ambos bandos y abrirían la puerta a la posibilidad de un complot para destituir al antiguo presidente ucraniano, Víktor Yanukovich, con falsas acusaciones de violencia.