La oposición egipcia se manifiesta nuevamente este viernes, tras negarse el jueves el presidente egipcio Mohamed Mursi a derogar el decreto que le otorgó poderes especiales, pese a masivas protestas opositoras y enfrentamientos en los que ha habido fallecidos.
Se teme que haya nuevos disturbios, tras los sangrientos enfrentamientos del miércoles entre partidarios y adversarios de Mursi, que dejaron siete muertos y más de 600 heridos, indicó AFP.
Los funerales de varios de los fallecidos, considerados partidarios de los Hermanos Musulmanes, también tendrán lugar este viernes.
Frente al palacio presidencial, centro de las manifestaciones de esta semana, las más importantes desde la elección de Mursi, en junio pasado, la situación parecía tranquila, pero numerosos militares vigilaban la zona.
Alrededor de una docena de tanques y vehículos de transporte blindados se habían desplegado, mientras que soldados y policías antidisturbios permanecían detrás de barricadas de alambres de púas, tras haber obligado a retirarse a manifestantes el jueves.
Sólo unos pocos manifestantes estaban presentes en las primeras horas del viernes, pero se prevé que sean mucho más numerosos, tal como ha ocurrido en los últimos días.
El Frente de Salvación Nacional (FSN), del Premio Nobel de la Paz Mohamed ElBaradei, volvió a llamar a manifestarse. Para él, «el hecho de que la presidencia se empeñe en ignorar las reivindicaciones y las manifestaciones del pueblo ha cerrado la puerta a cualquier intento de diálogo».
Los jóvenes del 6 de Abril, que participaron el año pasado en la movilización popular que desembocó en la renuncia del entonces presidente Hosni Mubarak forman parte del FSN, instaron a dirigirse hacia el palacio presidencial en El Cairo y a manifestarse también en el resto del país.
«Abajo el poder del Guía» de los Hermanos Musulmanes y «abajo Mohamed Mursi», indicaron en un comunicado.
El jueves, Mursi defendió sus nuevas prerrogativas y el proyecto de Constitución que divide al país. El presidente invitó a la oposición al diálogo, en un discurso a la nación por televisión tras los sangrientos enfrentamientos del miércoles entre sus partidarios y opositores.
«Llamo a todos los partidos políticos a un diálogo el sábado 8 de diciembre en el palacio presidencial», declaró el presidente islamista.
Agregó que las discusiones deberían girar en torno a la elaboración de una ley electoral y la agenda a cumplir luego del referéndum.
En un discurso de tono ofensivo, Mursi aseguró que el referéndum sobre el proyecto de Constitución que divide al país se llevará a cabo como está previsto el 15 de diciembre.
En El Cairo, poco después del discurso del presidente islamita, estallaron violentos combates cerca de la sede de los Hermanos Musulmanes, entre manifestantes y las fuerzas de seguridad, que usaron gases lacrimógenos. Un responsable de la seguridad dijo sin embargo que el incendio era limitado y que la policía había rechazado a los manifestantes.
Al denunciar una deriva dictatorial, la oposición reclama la retirada de un decreto del 22 de noviembre en el que el presidente amplió sus poderes, así como el abandono del referéndum sobre el proyecto de Constitución, acusado de ofrecer pocas garantías para las libertades de expresión y de religión.
La nueva Carta Magna, según la oposición, ofrece pocas garantías a la libertad de expresión y a la libertad religiosa y abre la vía a una aplicación más amplia de la ley islámica.
Mursi alega que sus poderes ampliados son «temporales» y que tiene por objetivo acelerar la transición política.
Para salir de la crisis, la institución egipcia Al Azhar, la más alta autoridad del islam suní, pidió al presidente que suspenda el decreto.