
El desahucio previsto para hoy de Donato Ndongo-Bidyogo, uno de los grandes referentes de la literatura africana en lengua española, ha sido aplazado hasta el próximo 23 de julio. Este lunes ha recibido a la comisión judicial en su casa de la zona norte de Murcia.
Ndongo, afincado en España desde los años 90, recibe una pensión mínima porque trabajó y «el Estado no cotizó por esas labores» y perdió recientemente una segunda vivienda que había rehipotecado para intentar saldar sus deudas.
El escritor, periodista e historiador ecuatoguineano Donato Ndongo-Bidyogo, de 75 años, seguirá en su casa en Murcia, en la que ha vivido desde principios de la década de 2000, y sobre la que pesa una orden de desahucio. El lanzamiento, que estaba previsto para esta mañana, se ha retrasado hasta el próximo 23 de julio, a la espera de que el juzgado resuelva varios recursos relacionados con su situación de vulnerabilidad con el objetivo de poder así tramitar un alquiler social u otros recursos que eviten que se quede en la calle.
No obstante, desde la Plataforma de Afectados por la Hipoteca de Murcia (PAH), insisten en que se trata de “ganar tiempo”, pero son poco optimistas con que el literato pueda mantener a largo plazo esta vivienda, que compró en el año 2000 y que lleva en proceso de ejecución hipotecaria desde 2016. En la actualidad, la vivienda es propiedad del fondo de inversión Verde Iberia, y no de Caixabank como erróneamente informó EL PAÍS. La entidad subastó la propiedad, por lo que, aclaran, no están en disposición de llegar a ningún acuerdo con el afectado.
José Antonio Vives, mediador de la PAH que ha apoyado a Ndongo en este proceso, ha explicado que “ojalá” el fondo se abra a negociar un alquiler social, pero advierte de que no es lo habitual, y que las negociaciones de este tipo son más sencillas y con más garantías de éxito cuando las viviendas son propiedad de una entidad bancaria. Por eso, el objetivo ahora es ganar tiempo, de manera que Ndongo pueda buscar una solución habitacional a través de los servicios sociales municipales antes de la nueva orden de lanzamiento. Este periódico ha entendido ponerse en contacto con Verde Iberia, sin éxito hasta el momento.
Los problemas económicos del periodista y escritor coinciden con su jubilación. Desde su llegada a España en 1965 para estudiar periodismo e historia, el ecuatoguineano trabajó en varios medios de comunicación, entre ellos, EL PAÍS, y dirigió el colegio mayor Nuestra Señora de África, adscrito a la Universidad Complutense de Madrid y dependiente del Ministerio de Exteriores hasta 1985, cuando este departamento le propuso volver a Guinea para abrir allí un Centro Cultural Hispano-Guineano en la capital, Malabo.
Permaneció en su tierra natal, compaginando ese trabajo con la corresponsalía primero y la delegación después de la Agencia EFE hasta 1994, cuando fue amenazado de muerte por el régimen de Teodoro Obiang por sus informaciones críticas con la dictadura.
A pesar de que en esos años Ndongo trabajó para el Gobierno español, la Seguridad Social no le reconoce las cotizaciones por esas labores al ser extranjero, lo que mermó considerablemente su pensión. A ello se suma además que sus últimos años laborales en España no contó con contratos estables, sino que vivió de colaboraciones en medios de comunicación, publicaciones de libros y conferencias. Actualmente, cobra poco más de 1.000 euros mensuales, y ha priorizado destinarlos a pagar la universidad de sus dos hijos.
Ndongo ha sido una voz crítica contra la dictadura de Teodoro Obiang en Guinea Ecuatorial, país del que tuvo que exiliarse tras recibir amenazas de muerte. Ndongo afirma que Obiang tiene amigos muy poderosos en España. «Soy un crítico con la dictadura, como cualquier persona con corazón», algo que dice le pasa factura para que se haga justicia.