El equipo de Manuela Carmena ha marcado otro hito de ruptura con el funcionamiento que había tenido el Ayuntamiento de Madrid a cargo del Partido Popular, al decidir no renovar para 2016 el contrato que el Consistorio mantenía con las grandes auditoras Standar & Poor’s y Fitch, según avanza la Cadena Ser. Ambas empresas, junto con Moody’s, componen el oligopolio mundial de agencias de calificación y son consideradas en parte responsables del estallido de la crisis financiera en 2008 por sus calificaciones erróneas de los “bonos basura”.
La Concejalía de Economía y Hacienda madrileña rompe así con la relación que le ha estado costando al erario público alrededor de 110.000 euros anuales desde el año 2004 para que Standard & Poor’s y Fitch auditaran la deuda pública municipal y emitieran una calificación de riesgo, ya que el nuevo Consistorio no tiene intención, al contrario que el anterior del PP, de embarcarse en proyectos faraónicos que supusieran una ampliación de la deuda.
La ruptura se produce como consecuencia del recelo que ha provocado en las agencias de calificación la decisión del Ayuntamiento de llevar a cabo una auditoría interna de las cuentas municipales, que se ha traducido en una respuesta por parte de Standard & Poor’s de rebajar la calificación de la deuda de Madrid hace tan solo unos días, a pesar de que Manuela Carmena siempre ha asegurado que el Ayuntamiento está dispuesto a seguir pagando la deuda municipal de casi 4.600 millones de euros.
La tensión entre las agencias y el Ayuntamiento queda plasmada en las conversaciones telefónicas cuyo audio publica la Cadena SER, en las que se puede apreciar la inquietud que causa a los gigantes del oligopolio la auditoría doméstica del Ayuntamiento, su temor al impago de la deuda e incluso amenazas veladas, como la que hace una auditora de Standard & Poor’s: “En el caso de que en algún momento del futuro se decidiese no pagar una deuda o reestructurarla, que tengáis claro las implicaciones que tiene en la calificación del Ayuntamiento de Madrid”.
“Disculpa que te lo diga tan francamente, creo que hablar en torno a si vamos a incumplir la ley o no es una pregunta algo capciosa, si me permites la expresión, porque nuestro objetivo no es incumplir la ley, nuestro objetivo es garantizar que todo se haga de una forma participativa, adecuada y sabiendo lo que tenemos hasta ahora para ser lo más responsables posibles con el dinero de los contribuyentes», responde indignada la representante del Ayuntamiento a su interlocutora de Standard & Poor’s.
Por su parte, la agencia Fitch muestra su inquietud ante una auditoría concreta a realizar por el Ayuntamiento de Madrid a la empresa pública Madrid Destino, tratando de averiguar si el equipo municipal busca alguna “contingencia” en particular en esas cuentas y apuntando que espera que no tenga “repercusiones sobre las obligaciones del Ayuntamiento”, a lo que desde el Ayuntamiento responden que lo que esperan es que “no nos hayan hecho ningún pufo”.
Además y curiosamente, el auditor de Fitch se interesa por la polémica retirada de la subvención a la Escuela de Tauromaquia Marcial Lalanda, a pesar de que él mismo dice considerar que ese elemento no puede variar “en ningún caso” el resultado de las cuentas del Ayuntamiento.
El concejal de Hacienda del Ayuntamiento de Madrid, Carlos Sánchez Mato, ya se refirió a estas conversaciones como “preguntas absurdas” de las agencias el pasado 21 de septiembre en declaraciones a Europapress, en las que calificaba como “un elemento de presión política” la rebaja de calificación que Standard & Poor’s hizo al conocer el proceso de Auditoría de la Deuda que el Consistorio pretendía poner en marcha.
«El proceso de auditoría de la deuda es un elemento fundamental que nos permitirá conocer al detalle cómo se ha estado utilizando el dinero público y para qué, así como conocer el impacto que esta gestión económica y financiera ha provocado en la sociedad madrileña a distintos niveles, tanto sociales como medioambientales. Nuestro máximo compromiso es con la ciudadanía madrileña y el contrato al que nos debemos es el contraído en base a nuestro programa electoral y, por tanto, a pesar de las presiones que sabíamos que empezaríamos a recibir por parte de determinados sectores poderosos que ven amenazado su status quo, continuaremos con nuestra hoja de ruta”, afirmó entonces el concejal madrileño.