
Ex técnico de Juventud del Ayuntamiento de Boadilla del Monte y testigo de la Fiscalía Anticorrupción, desde que denunció las adjudicaciones irregulares de obras en este municipio del noroeste de Madrid, ha trabajado para ayudar a otros denunciantes de corrupción y ha luchado por salir adelante porque su vida dio un cambio radical el día que decidió denunciar. En ese camino, que no ha sido fácil desde entonces, ha perdido y ganado muchas cosas, “como conocer la traición, pero también a personas maravillosas que me han ofrecido su apoyo”, afirma con optimismo.
Además del caso de acoso laboral que vivió en Boadilla del Monte, y por el que el PP del ayuntamiento fue finalmente condenado en los tribunales, Garrido tuvo que soportar que el ayuntamiento la denunciara por un presunto delito de robo de documentos, después de que la entonces trabajadora municipal llevara a las oficinas del ayuntamiento unas carpetas con documentación que había encontrado en su casa durante una mudanza. Una denuncia que acabó siendo archivada porque tanto el juzgado como el Ministerio Fiscal no vieron «debidamente justificada la comisión del delito».
Ese episodio y las múltiples grabaciones que Ana Garrido realizó, tanto para demostrar la corrupción en el Ayuntamiento como el acoso laboral, fueron el centro de una campaña iniciada por su ex pareja, Juan Carlos Díaz, para intentar desacreditar su denuncia de Gürtel.