En su declaración de este jueves en el juicio a la Gürtel, Francisco Correa, el cabecilla de la trama, dio a entender que dejó de trabajar con el Partido Popular tras la salida del Gobierno de José María Aznar y la llegada de Mariano Rajoy, lo que pudo hacer suponer que el nuevo presidente no habría estado de acuerdo con el funcionamiento irregular de la anterior etapa.
Correa dijo que hasta 2004 –año en el que tomó Mariano Rajoy las riendas del PP– Génova era su “casa”, donde pasaba más tiempo que en su despacho y “casi vivía ahí”, pero a partir de ese momento su número dos, Pablo Crespo, ya “no tenía química” con la nueva cúpula del partido y la relación con el PP “se enfrió”, por lo que la Gürtel trasladó su actividad a Valencia con Francisco Camps al frente del PP valenciano.