El abogado de Bárcenas recuerda a la cúpula del Partido Popular que:
“Perjuro, o sea, el que jura en falso o quebranta maliciosamente el juramento que ha hecho, es un adjetivo demasiado potente e incluso ofensivo, pero quizá también sea el que mejor pudiera cuadrar a quien jura mucho o por vicio. En cualquier caso, el perjuro debe saber que la verdad tiene mucha memoria y cuando menos te lo esperas ejerce súbita venganza. No se olvide que el pueblo, o sea, los ciudadanos con derecho a voto, que suele ser sagaz en la adivinación de la verdad, llama mentirosos a los volatineros de la palabra que osan no decir verdad»
Javier Gómez de Liaño, el abogado de Bárcenas, a través de un artículo en El Mundo titulado: De profesión, testigo, envía un nuevo aviso al PP una semana después de que testificaran María Dolores de Cospedal, Javier Arenas y Francisco Álvarez Cascos.
Gómez de Liaño, en su misiva al diario El Mundo, advierte sobre el perjurio, en un tono lírico y con numerosas referencias literarias, a quienes testificaron sobre el caso de los ‘papeles de Bárcenas’:
«Los embustes del testigo falso se descubren antes que los yerros. Hay testigos que mienten apenas abren la boca o después de los primeros balbuceos. Verbigracia, cuando niegan tener interés en el asunto. Y los hay que persisten en la falsedad hasta el instante último en que el juez les invita a retirarse. Son sujetos que cada vez que contestan a sus señorías convierten sus deposiciones en eso, en deposiciones. Parafraseando el proverbio ruso, son peces muertos que flotan en el mar de la mentira».
Y avisa de la pena que, aparte de las de los otros delitos cometidos, puede conllevar la comisión de perjurio:
“Entre las resoluciones que para su ilustración y como documentos adjuntos voy a enviar al interesado investigador, figura una que, a mi juicio, resume certeramente la esencia del delito de falso testimonio tipificado en el artículo 458 del Código Penal y que castiga con las penas de prisión de seis meses a dos años y multa de tres a seis meses al testigo que faltare a la verdad en su testimonio en causa judicial, imponiendo penas más graves si el falso testimonio se diera en contra del reo en causa criminal por delito. “
Sobre todo, parece tener recados para María Dolores de Cospedal, a quien de manera simbólica el abogado de Bárcenas recuerda las palabras de Camilo José Cela sobre una mujer de su villa natal:
“Su nombre era Micaela Albite Portociños, alias Anduriña Tola, viuda de don Perpetuo Restande, alias Cagón do Demo, del comercio al detall. De ella, de Micaela, nuestro Nobel cuenta que se instalaba a eso de las nueve en el zaguán del juzgado, sacaba su calceta y esperaba a que alguien requiriera sus servicios y que podían ser varios.”
El abogado de Bárcenas acaba su prosa amenazante en el El Mundo citando un extracto de Cervantes que parece de nuevo ir dirigido a la secretaria general del Partido Popular:
«En su comedia El laberinto del amor, Cervantes –otra vez Cervantes y siempre Cervantes– se puede leer: «Porque sabed, Rosamira, que los filos de la verdad cortan con facilidad las armas de la mentira». Pues eso, señora.»