
Adiós a la reforma laboral del PP, o al menos a sus aspectos más dañinos que se aprobaron en 2012: el Congreso de los Diputados ha convalidado por un solo voto el decreto ley que recoge el nuevo marco de relaciones laborales pactado por la coalición y los agentes sociales. El resultado es agridulce para sus protagonistas, que lo han salvado por la mínima con el apoyo de Ciudadanos y varios grupos minoritarios y sin la mayoría de los aliados de la investidura, aunque el Gobierno y estas fuerzas trabajan conjuntamente para seguir siéndolo el resto de la legislatura.
Finalmente, el decreto fue aprobado por 175 votos a favor, 174 en contra y ninguna abstención. Sólo hubo un voto de diferencia. Los diputados de UPN, Sergio Sayas y Carlos García Adanero, rompieron la disciplina de grupo dictada por la dirección de su partido y cambiaron su «sí» por el «no», haciendo que el resultado fuera aún más ajustado de lo esperado.
De hecho, hubo un inesperado «sí», ya que el revés de los dos diputados habría inclinado el voto hacia más «no» que «sí». Fue el diputado del PP Alberto Casero quien, según fuentes parlamentarias, votó por error. Fuentes populares, en cambio, afirmaron que el error se debía al sistema de votación. Que Casero, de hecho, votó «no», pero que el sistema lo registró como un «sí». Y que el diputado, cacereño, llegó a ir a Madrid para intentar, en persona, que se anulara su voto telemático, y que no se lo permitieron.
Las autoridades de la Cámara Baja consultadas por este diario descartan que pueda darse una situación como la descrita por el PP, ya que existe un sistema de doble control de los votos telemáticos. Y señalan que, una vez emitido el voto telemático, no se puede suspender para cambiarlo por uno presencial.
El resultado fue tan ajustado que, en un primer momento, el presidente del Congreso aseguró que el decreto había sido derogado, para alegría de las filas del PP y de Vox. A continuación, reconoció que los servicios de la cámara le habían informado de que había sido validado.
Por otro lado, la portavoz del PP en el Congreso, Cuca Gamarra, pidió la palabra para denunciar que «antes de la votación se puso en conocimiento de la Mesa un error informático», en referencia al voto de la diputada Casero. La presidenta Batet le contestó que «precisamente porque la Mesa es consciente» de lo ocurrido «y es una cuestión técnica de la Mesa», no le dio la palabra, lo que generó un enorme enfado en las filas del Partido Popular.
A los diputados de los partidos que apoyan al Gobierno, el PSOE (con 120 diputados) y Unidos Podemos (que tiene 34, ya que aún no ha sustituido el escaño de Alberto Rodríguez tras su suspensión), se sumaron a favor de la ley nueve de Ciudadanos, cuatro del PDeCat, dos de Más País, uno de Compromís y los de Teruel Existe, Coalición Canaria, Nueva Canarias y el Partido Regionalista de Cantabria, que también tienen un solo diputado cada uno en el Congreso. En total, los votos afirmativos fueron 175, lo que significa que aún no se ha identificado otro voto afirmativo.
En el campo del «no» estaban el PP (88 diputados), Vox (52), los tres principales socios en la investidura del ejecutivo -ERC (con trece escaños), PNV (seis) y EH Bildu (cinco)-, así como Junts (cuatro), CUP (dos), BNG y Foro, con un representante cada uno. A todos estos votos hay que añadir el de Pablo Cambronero, el miembro rebelde de Ciudadanos que, por desavenencias con la dirección de Inés Arrimadas, ha decidido abandonar el partido, pero sigue formando parte del grupo mixto. Y también Sergio Sayas y Carlos García Adanero, de UPN, que cambió su voto en el último momento. En total, hubo 174 votos negativos.
Las principales medidas del nuevo reglamento
«Los principales pilares de la reforma de 2012, la ultraactividad y los convenios de empresa, simplemente han sido tumbados, se han tirado al suelo», dijo Díaz. Aunque la reforma no afecta a aspectos como los despidos, tal y como pedían ERC o EH Bildu, sí mejorará los derechos de los trabajadores al aumentar los salarios mediante el fortalecimiento de la negociación sectorial frente a la empresarial, recuperar el poder de la negociación colectiva para evitar que se pierdan las mejoras acordadas en el pasado, incorporando un paquete de medidas para reducir la altísima temporalidad en España y una apuesta por los ERTEs permanentes en el futuro, evitando así los habituales despidos colectivos en tiempos de crisis.
El jueves, el Gobierno aprobó la convalidación de la reforma laboral en el Congreso con los votos de Ciudadanos, PDeCAT y un diputado del PP, Alberto Casero, y con el voto en contra de socios tradicionales como el PNV, Esquerra Republicana y EH-Bildu. La votación fue muy ajustada, con 175 votos a favor y 174 en contra.
La votación debería haber sido 176 a 174. Pero los dos diputados de UPN, Sergio Sayas y Carlos García Adanero, rompieron la disciplina de voto. Así pues, la votación se produjo por el error de Alberto Casero.
Tras conocer su traición, la dirección de UPN les pidió que devolvieran sus escaños: «La deslealtad a los votantes, a los afiliados y a los órganos del partido es absoluta e inaceptable, por lo que pedimos a los dos representantes de UPN en el Congreso que devuelvan sus escaños inmediatamente».
Sergio Sayas explicó que había roto la disciplina de voto.
«Hemos votado no a la reforma laboral. En política, lo único que no puedes hacer es algo que no puedes explicar a tus votantes. Somos sus representantes y se lo debemos. Por eso nunca he tenido una votación más difícil que la de hoy, pero tampoco he tenido una votación más clara», explicó uno de los diputados de UPN, Sergio Sayas.
«Sergio Sayas y Carlos García Adanero han tomado esta decisión en contra de la decisión de los órganos del partido y lo han hecho engañándonos, como lo demuestra el hecho de que previamente hayan manifestado públicamente que aceptarían la disciplina de voto, para luego no hacerlo», ha lamentado el partido regionalista.
Asimismo, la dirección dijo en un comunicado que «hemos podido confirmar que los dos diputados notificaron a otras formaciones políticas el sentido final de su voto, y que lo conocían, mientras que la dirección de UPN lo desconocía».
La reforma sigue adelante
A pesar de la traición de los dos diputados de UPN, la reforma laboral siguió adelante.
La vicepresidenta segunda y ministra de Empleo, Yolanda Díaz, celebró el adiós a la «nefasta reforma laboral del Partido Popular», gracias a la convalidación de la nueva legislación en el Congreso.
«Ahora sí. Diez años después, hoy nuestro país dice adiós a la nefasta #ReformaLaboral del PP. Nos alejamos de la precariedad y la temporalidad para construir relaciones laborales con igualdad y más derechos. Gracias a todas las personas que lo han hecho posible», explicó Díaz.