El exconsejero madrileño y número dos de Esperanza Aguirre durante su época al frente de la Comunidad de Madrid, Francisco Granados, ha sido condenado a dos años de cárcel por la Audiencia Nacional por el ‘chivatazo’ de que estaba siendo investigado recibido de boca de un guardia civil, José Manuel Rodríguez Talamino, también condenado a dos años de prisión junto al agente en excedencia José Luis Caro Vinagre, que recibe una condena de seis meses.
El chivatazo impidió grabar a otros asesores, concejales y exconcejales
«Granados obtuvo para sí mismo provecho económico y facilitó que Marjaliza se beneficiara. Caro buscaba el beneficio de su amigo Granados, así que este ocultó el dinero que poseía y procuró que Marjaliza hiciera lo mismo con el suyo», exponen los magistrados que no pasan por alto que, además, consiguieron un «beneficio procesal» porque destruyeron fuentes de prueba «tan importantes» como los documentos del constructor.
La sentencia no solo recoge los hechos sino que dice que Granados es un «personaje público de gran trascendencia y protagonismo en la Comunidad de Madrid» y recuerda que el cargo que ostentó como consejero regional de Interior y Justicia y el conocimiento de servicios policiales y judiciales le permitió labrarse «las relaciones personales que ha adquirido».
En relación con la petición formulada al inicio de la vista por José Javier Vasallo, letrado de Granados, de que se anulasen las escuchas practicadas durante la instrucción de la causa, los magistrados defienden la legalidad de las mismas en tanto «gozaban de la debidas autorización judicial».
La Audiencia Nacional falla así tras el juicio que se prolongó durante tres días a mediados del mes de noviembre, el primero de la ‘trama Púnica’. (Postdigital/Agencias)