
En Teherán, la joven Nasrin Ghadri fue víctima de la represión de las manifestaciones contra el régimen, en las que se calcula que murieron 200 personas en 50 días. Según el grupo de derechos kurdos Hengaw, con sede en Noruega, las fuerzas de seguridad abrieron fuego en la ciudad de Marivan, hiriendo a 35 personas.
La protesta contra el régimen continúa a pesar del riesgo para la vida. Una estudiante de doctorado de 35 años, Nasrin Ghadri, que estudiaba filosofía en Teherán, murió el sábado tras ser golpeada en la cabeza con una porra por las fuerzas de seguridad durante las manifestaciones del viernes. Un nuevo episodio de violencia que imita la masacre sufrida por Mahsa Amini, la joven kurda de 22 años que murió el pasado mes de septiembre, también a consecuencia de una paliza en la cabeza por parte de la policía moral.
Un entierro apresurado
Los manifestantes llevan más de 50 días protestando en las calles, sin dar señales de ceder, y ayer quisieron recordar a la estudiante con una marcha en Marivan, su ciudad natal en el Kurdistán iraní. La acusación es contra el gobierno por forzar el entierro de la mujer de forma precipitada. Las fuerzas de seguridad volvieron a repelerlos con el puño de hierro de las balas, hiriendo al menos a 35 personas, según Afp. Otras acusaciones contra el régimen incluyen obligar al padre a anunciar que la causa de la muerte de su hija estaba relacionada con una «enfermedad» o «intoxicación», una versión similar a la adoptada por las autoridades en el caso Mahsa.