
La crisis desatada en Vox tras la marcha de su portavoz en el Congreso, Iván Espinosa de los Monteros, se han destapado una cascada de voces críticas con el partido de Santiago Abascal, que muestran un severo cuestionamiento de las últimas decisiones de la dirección.
Una de ellas es la del periodista Víctor Sánchez del Real, ex diputado que no volvió a presentarse a las últimas elecciones, que habló en Al Rojo Vivo de una serie de «experimentos que conducen a determinados resultados».
Otra de las voces que acabó relegada en el partido fue la de Rubén Manso, ex diputado y portavoz económico de Vox. Cercano a Espinosa de los Monteros, ambos pertenecientes al ala más liberal del partido y que han abogado en el Congreso por bajar los impuestos al mínimo, Manso acusa ahora al partido de estar anclado en la extrema derecha. «Se ha formado una facción muy, muy, muy de derechas», señaló en una entrevista en la Cope, «con un componente intervencionista nacionalcatólico», supuestamente liderado por Jorge Buxadé y otros.
Precisamente Manso firmaba este miércoles un artículo en Vozpópuli titulado «Vox no tiene futuro», en el que acusa a la parte más integrista del partido de haberse hecho con el control y haber convertido al partido en una «caricatura».
Tanto es así, que pronostica un mal futuro a Vox: «Será el primer partido de la derecha no convencional que fracasará en Europa por haber optado por ser lo que sus enemigos le decían que era».
Por otro lado, la portavoz del PP, Cuca Gamarra, no ha querido hablar sobre el asunto después de que algunas publicaciones sugieran que el PP podría estar tentado a abrir la puerta a Espinosa. Preguntada por periodistas, ha esquivado el tema diciendo que no analizan «cuestiones internas de otros partidos».
Esta grieta en Vox se ha abierto no solo por la partida de su exportavoz, sino también justo después del 23J, donde perdió 800 mil votos y 19 escaños en las pasadas elecciones generales, a pesar de que, tras el 28M, han logrado entrar a gobiernos locales y autonómicos.