
La exministra de Sanidad Ana Mato no ha tenido un buen día, además de ser abucheada por un grupo de afectados por las preferentes, ha cometido un error a la hora de firmar la recepción de la citación del juez Ruz, cuyo documento ha sido fotografiado y difundido en Internet, despertando la burla en las redes sociales.
Gürtel: Ana Mato no da una al rellenar el recibí para recoger auto juicio. Documento oficial. http://t.co/1xByhavkl2 pic.twitter.com/pKiAJrwD4s
— Miguel Ángel Campos (@MACamposP) marzo 13, 2015
Nombre: 1234 Apellidos: a.mato@pp.es E-mail: Mato Contraseña: *** Formulario de registro modelo: #AnaMato — Duatis (@duatis) marzo 13, 2015
Asalto de los preferentistas
Ana Mato ha sido abucheada e insultada por un grupo de afectados por las preferentes al ir a recoger en la Audiencia Nacional el auto de apertura de juicio oral que dictó el juez Pablo Ruz para 40 imputados de la trama Gürtel, en el que está incluida como responsable civil a título lucrativo.
Mato llegó a las 9.30 horas a la sede de la Audiencia Nacional en la calle Prim y, tras recoger el auto en mano en el que se le impone una fianza civil de 245.000 euros, salió poco después detrás de dos personas que la acompañaban para introducirse rápidamente en un coche que la aguardaba en la puerta de entrada del tribunal.
Cuando el coche subía la calle Prim hacía Barquillo, un grupo de preferentistas, que se manifiestan estos días en las inmediaciones de la Audiencia Nacional ante las comparecencias de directivos de Caja Madrid (Bankia) en relación a las llamada tarjetas black, han comenzado a abuchear al vehículo en el que iba la exministra. También le han increpado con gritos de ladrones, chorizos y «vas a caer».
Su exmarido, Jesús Sepúlveda, también sufrió ayer el acoso de este mismo grupo de preferentistas cuando, al igual que hoy Mato, acudió personalmente a recoger el auto de apertura de juicio oral por hechos por los que el fiscal pide para él 15 años y 4 meses de cárcel.
A gritos de «chorizo», «ladrón» y «cerdo», los preferentistas le persiguieron andando a lo largo de la calle Almirante hasta que Sepúlveda y sus acompañantes se subieron a su coche, donde le siguieron increpando.
(Postdigital/Agencias)