
Según la demandante, al recibir la baja médica se contrató a otra persona para cubrir su vacante durante el período de ausencia pero a su regreso no recuperó su puesto sino que se la relegó al área de prensa del grupo municipal en el Ayuntamiento de Barcelona, una posición en la que, según ella, se le asignaron “funciones irrelevantes” y se le “humilló personal y profesionalmente”.
La demandante considera que se trata de un caso de acoso laboral por su condición de mujer y una discriminación por haber quedado embarazada. De hecho, según sostiene Lucas, el portavoz de Ciudadanos en el Congreso, Juan Carlos Girauta, llegó a decirle: “Es una putada. Todo eso es por ser mujer. Como los tíos no parimos, no nos pasan estas cosas, no desapareces de repente cuando puede pasar de todo”.
La denuncia, presentada ante el juzgado de lo Social nº 16 de Barcelona, se dirigía no solo contra el partido sino también contra su grupo parlamentario y contra el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, el secretario general, Fernando de Páramo, y el vicesecretario general, José Manuel Villegas. En la demanda se acusa a los tres dirigentes de la formación naranja de “imposibilitar su capacidad de comunicación con los superiores”, “ignorarla y excluirla” y “realizar actos de clara humillación profesional y personal, como ordenarle viajar a Madrid para recoger un documento que se le podría haber enviado por correo electrónico”.
Contra Albert Rivera concretamente, la demandante alega incumplimiento de promesas de mejoras salariales que el líder de Ciudadanos no llegó a hacer realidad tras su embarazo y de “hacerle el vacío desde mayo de 2016, impidiéndole toda comunicación con él”. Según la demanda, a Lucas se le había prometido un traslado a Madrid tras las elecciones generales para dedicarse en exclusiva a ser jefa de prensa de Albert Rivera, pero nunca llegó a materializarse.