Dos años después del cierre de Megaupload, Kim Dotcom, su fundador, sigue en Nueva Zelanda, ha recuperado sus cuentas bancarias y propiedades, ha sentado en el banquillo al primer ministro de la nación y la jueza del Tribunal Supremo ha ordenado que el FBI haga copias de todo el material incautado y se lo reenvíe a su propietario asumiendo los costes de la operación.
Resulta que el fundador de Megaupload fue espiado de forma ilegal gracias a Five Eyes, un acuerdo de colaboración policial entre Nueva Zelanda, Australia, Canadá, Reino Unido y Estados Unidos. Por lo visto, las agencias de espionaje se olvidarón de que en Nueva Zelanda era delito el espionar a sus ciudadanos y residentes, según constaba en la legislación neozelandesa hasta hace poco.
Por eso, el fundador de Megaupload ha pedido una indemnización de 7 millones de dólares al gobierno de Nueva Zelanda por ser espiado, y ha demandado al Gobierno neozelandés por espíar junto con el gobienrno norteamericano a ciudadanos libres de ese país. Además la magistrada del Alto Tribunal de Justicia de Nueva Zelanda, Helen Winkelmann, resolvió que el FBI devolvierá al material incautado a Megaupload, lo que incluye diez millones de mensajes electrónicos y 150 terabytes de información.
Sin embargo, a pesar del supuesto arrepentimiento del primer ministro neozelandés, este decidió en agosto cambiar la ley contra el espionaje de su país, qe aprobó con una mayoría simple de 61 votos contra 59, y que, según los sondeos, contaba con un 75% de desaprobación dentro del país. A pesar de la oposición de los ciudadanos neozelandeses, desde este agosto pasado la policía de Nueva Zelanda ya está en condiciones de espiar a los residentes en la isla.