La diputada de la CUP en el Parlament Anna Gabriel ha defendido su viaje a Venezuela en 2014 para asistir a un foro y ha planteado la hipótesis de que las imágenes hechas públicas el miércoles de ella subiendo en Madrid a un avión fletado por el Gobierno venezolano las pudieran hacer cuerpos de seguridad españoles.
En declaraciones este jueves, ha dicho ver con «inquietud» que pueda haber ficheros ilegales, persecución y seguimiento a activistas políticos, y ha recordado que es algo que ya dice hace años.
También ha explicado que el viaje se hizo en diciembre de 2014 organizado por la Red de Intelectuales, Artistas y Movimientos en defensa de la Humanidad.
Ella pronunció una conferencia sobre crisis migratorias, y ha destacado que hubo unas conclusiones: «Entre otras cosas, se defendía el derecho a la autodeterminación de los pueblos –al que nosotros somos favorables porque somos independentistas– y se manifestaba a favor del proceso de paz en el País Vasco».
Gabriel ha recordado que la CUP nunca ha escondido su internacionalismo –por lo que han hecho muchos viajes– ni su «apuesta por determinadas relaciones internacionales y su mirada al sur, a los países bolivarianos y con tradición revolucionaria y de izquierdas».
Además, ha destacado que uno de los objetivos del foro de 2014 era que se difundiera, por lo que redactó un artículo e hizo varios mensajes en Twitter, como otros participantes.
«CLOACAS DEL ESTADO»
Gabriel apunta que pudieron ser miembros de cuerpos policiales quienes grabaran las imágenes porque, al viajar en el avión presidencial, fueron a una zona del Aeropuerto de Barajas donde sólo estaban los 30 o 35 pasajeros, la tripulación y «los cuerpos policiales que tienen atribuida la vigilancia y las funciones de seguridad del aeropuerto».
«No era una persona que pasaba por allí. Si consideramos como hipótesis que las podría haber grabado la policía, ¿por qué filma a personas que viajan a Venezuela tomando casi primeros planos? ¿Con qué objetivo político, judicial o policial? ¿Por qué esta filmación ha estado guardada? ¿En qué tipo de archivo y con qué tipo de autorización opera la base de datos? ¿Por qué salen ahora?», ha preguntado poniendo en duda si la filmación es regular.
Recuerda además que, cuando se tomaron las imágenes, ella no era diputada, sino sólo militante de su organización, por lo que sospecha que debe de haber otras grabaciones de activistas que irán saliendo a conveniencia.
Insiste en que siempre ha criticado que los ficheros policiales existen y que es una práctica antidemocrática, y ahora sopesa si aprovechar las imágenes hechas públicas para exigir explicaciones, convencida de que no tendrá respuesta de ningún responsable político.
Por eso, sugiere calibrar bien cómo se utilizan, porque cree que en ocasiones generan el efecto contrario al que se busca mostrando la «ridiculez y el patetismo al que se ha llegado; casi al insulto».
«Siempre hemos denunciado que los ficheros existen y estas prácticas profundamente antidemocráticas de las cloacas del Estado. Es esta falsa democracia que ampara y dota de impunidad a prácticas que no se deberían de producir», ha añadido.
«CRITICA VINCULAR «CUP, PODEMOS, ETA
Gabriel critica falta de rigor en la información y que se haya querido vincular a personas concretas para construir «un relato», y explica que había una persona de Podemos y el padre de una presa de ETA.
Pero cree que vincularlo a una persona de Podemos es una opción, como se podría haber vinculado a gente del ámbito editorial, a abogados del ámbito laboralista, a escritores y a militantes gallegos que también viajaban.