Podemos ha dicho al PSOE que la Constitución es un «vestido viejo» que hay que renovar, pidiendo a la sociedad española que vote por un Estado federal y republicano, además de consagrar el «feminismo», el cuidado del medio ambiente y la garantía de los derechos sociales.
Sin embargo, el espacio confederal es consciente de que la correlación de fuerzas parlamentarias a favor de la reforma es «desfavorable» y, por ello, subrayó que si «la calle no presiona», este deseo de actualizar la Constitución «no será posible».
Con motivo del 43 aniversario de la Carta Magna, que se celebra este lunes en el Congreso, el presidente del Grupo Parlamentario Confederal, Jaume Asens, ha subrayado que las constituciones que no se pueden actualizar están «condenadas a morir».
Con ello respondió a la postura de la ministra de Defensa, Margarita Robles, que en una entrevista al diario ‘La Razón’ dijo que la Constitución tiene una larga vida y no necesita ser reformada. Una posición con la que Asens no está de acuerdo, dado que la Carta Magna «no es un punto de llegada sino un punto de partida».
«La Constitución se ha convertido en un vestido viejo y hay que volver a escuchar a los ciudadanos para construir un nuevo consenso», razonó el líder de En Comú Podem, que también reclamó nuevos retos democráticos, como una reforma del sistema electoral que permita una mayor participación directa de los ciudadanos en todos los asuntos públicos.
Por ello, y aunque consciente de los «límites parlamentarios», Belarra aseguró que «parece razonable proponer» una revisión de la Carta Magna, dado que el 70% de la población actual no podría votarla.
«Hay que actualizar la Constitución para que esta vez contemos con las madres y no sólo con los padres, para que los jóvenes puedan votar por ella y para incorporar la igualdad y la protección del medio ambiente como principios rectores», dijo la líder de los derechos sociales, que también es partidaria de nombrar a mujeres como ponentes para una posible reforma.
Por ello, abogó por promover un debate «abierto y participativo», que «convoque a los ciudadanos para recoger los nuevos consensos y plasmarlos en la Constitución»: «Mantener lo mejor, ponerlo en práctica y renovar lo que, por razones obvias, ya forma parte del pasado».
Por último, dijo que desde hace décadas se ha demostrado que los artículos más difíciles de poner en práctica «son precisamente los más sociales», como el derecho a la vivienda o la subordinación de la riqueza del país al interés general (artículo 128). «Hacerlos realidad debe seguir siendo un objetivo prioritario para Podemos», concluyó.
En la misma idea incidió la ministra de Igualdad, Irene Montero, para quien varias generaciones de feministas «han hecho posible la democracia», aunque la Constitución «sólo tiene padres».
«La mejor manera de honrar a los que nos precedieron es seguir luchando por conquistar sus sueños. Nos merecemos una Constitución feminista», añadió.