El Juzgado de Instrucción número 41 de Madrid ha absuelto, tal como pedía el fiscal, a los dos agentes de la Policía Nacional (UIP) acusados de golpear a una reportera que estaba retransmitiendo las cargas de los antidisturbios a través de su teléfono móvil en la jornada de las Marchas de la Dignidad del pasado 22 de marzo.
La profesional agredida, Susana Sanz, presentó ante el juez tres vídeos que acreditaban el ataque de los antidisturbios, la declaración de otros dos periodistas testigos del suceso, así como un parte de lesiones en el que se incluían 30 fotos de los daños causados. No obstante, la magistrada del Juzgado ha tildado las pruebas aportadas por Sanz como insuficientes para probar la agresión.
Según queda reflejado en la sentencia, la jueza ha valorado que las imágenes no se ven nítidas, y no se puede distinguir con claridad el número de placa de los agentes. Por lo tanto, hace prevalecer la presunción de inocencia de los dos policías acusados, que no tendrán que pagar finalmente a Susana Sanz la compensación solicitada por la defensa, de 700€ aproximadamente.
Los agentes, pese a admitir que participaron en el dispositivo policial del 22-M con el número exacto de identificación que aportó Sanz, aseguraron durante el juicio que no recordaban haber agredido a la periodista durante la manifestación. Además de eso, desde la defensa intentaron desacreditar las pruebas aportadas recriminando que podían estar manipuladas. Esta afirmación se debe a que se usó el efecto de ‘zoom’ en el vídeo donde aparecen los números de placa de los policías, con el fin de que se vieran más claros.
Sanz recurrirá ante la Audiencia Provincial
La reportera declaró durante el juicio celebrado en septiembre que la primera agresión consistió en tres golpes de porra que recibió en la pierna, “sin mediar palabra”, mientras grababa las cargas policiales en las proximidades de la sede del PP en la calle Génova, a pesar de ir identificada como prensa con las acreditaciones de la televisión comunitaria Tele K y del periódico Diagonal.
A parte de esta primera, tuvo lugar una segunda agresión en el paseo de Recoletos, donde Sanz habría recibido un golpe de porra en el brazo. No obstante, los vídeos, las declaraciones de otros periodistas testigos y el parte de lesiones se han considerado pruebas no determinantes para condenar a los antidisturbios.
Susana Sanz se ha mostrado indignada con el resultado del juicio, y ha manifestado su disgusto con las “carencias democráticas” de un país en el que las fuerzas del orden “gozan de impunidad”. Como consecuencia, ha decidido que recurrirá la sentencia ante la Audiencia Provincial. Esto será posible gracias a la organización Free Press Unlimited, que se dedica a defender la libertad de prensa de manera internacional, y que se ha ofrecido a pagar los gastos del juicio, en caso de que volviera a perderlo.