Las organizaciones empresariales y los principales sindicatos de trabajadores han pactado con el Gobierno un acuerdo para impulsar la nueva ley de los riders. El borrador tiene como objetivo regular la situación laboral de los repartidores de cualquier producto a través de plataformas digitales, como Glovo, Deliveroo o UberEats, conocidos como riders. Según la organización Adigital, en España hay más de 30.000 de estos trabajadores, la mayoría de ellos funcionando como autónomos.
Finalmente, la cúpula del CEOE se ha sumado al sí de CC.OO y UFT respecto al texto que fija que los repartidores de las plataformas digitales son asalariados, y que, por ese motivo, han de formar parte de la plantilla y cotizar en el régimen general de la Seguridad Social. La futura norma se tramitará como Decreto-Ley y entrará en vigor a los tres meses de publicarse en el BOE en los próximos días, después de que el Tribunal Supremo considerase en una sentencia que los repartidores son trabajadores por cuenta ajena, y no autónomos.
El breve texto del real decreto ley consensuado en el seno del diálogo social modifica el Estatuto de los Trabajadores para establecer la “presunción de laboralidad de los repartidores”, y añadir también el derecho de los representantes de los trabajadores a ser informados sobre los algoritmos utilizados en la empresa a la hora de tomar decisiones que afectan a sus empleados.
La aprobación de la “ley rider” obligará a las empresas a dar de alta a los repartidores como trabajadores en un plazo de tres meses, de esta forma estos trabajadores podrán cobrar, al menos, el salario mínimo y tener derecho a bajas por enfermedad o accidente laboral, vacaciones, prestación por desempleo o indemnización en caso de despido.
La regulación de falsos autónomos trabajadores no ha sido un tema nada sencillo. Desde mediados de octubre, cuando comenzaron las reuniones de la mesa del diálogo social, CEOE se resistió a ofrecer su posición sobre la nueva ley. Después de meses de reuniones y borradores la propuesta fue variando, de manera que acabó por desaparecer cualquier referencia a otros trabajadores que no fueran los repartidores de plataformas como Glovo, Deliveroo o UberEats, por este motivo, aunque apoyan el texto final, los sindicatos consideran que esta ley todavía es muy descafeinada.