En una carta manuscrita por Luis Bárcenas, y entregada por el abogado de este, Javier Gómez de Liaño, al juez Pablo Ruz, el antiguo tesorero del Partido Popular solicita al instructor del caso que “finalice” su “situación de privación de libertad” y se ofrece para “declarar voluntariamente en cualquiera de las dos piezas de este Sumario” que investigan los casos de corrupción del Partido Popular.
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Transcripción del manuscrito de Luis Bárcenas
“Señor:
El motivo de este escrito no es otro que intentar argumentar ante su Señoría lo desproporcionado de mi actual situación de privación de libertad, que dura ya, nada menos que ¡8 meses!
Para ello, permítame unos breves comentarios sobre los tres motivos que primero para la ‘Acusación Particular’, a los que luego se sumó la fiscalía (pasado 27 de junio), justificaron esta situación que con todo respeto no alcanzo todavía a comprender.
1) En cuanto al ‘riesgo de fuga’
Sinceramente, y desde la razón, puede haber alguien que crea que yo abandonaría a mi familia [frase borrada por Gómez de Liaño] para huir de España y ocultarme, si es que eso aún es posible, en algún otro lugar del mundo.
Si me permite, evidentemente NO. Mi riesgo de fuga es inexistente, y solo un juicio emitido con ligereza podría intentar justificar un hecho que jamás se produciría.
2) En cuanto a la ‘destrucción de pruebas’
Sinceramente, y desde la razón, puede haber alguien que crea que yo abandonaría a mi familia [frase borrada por Gómez de Liaño] para huir de España y ocultarme, si es que eso aún es posible, en algún otro lugar del mundo.
Como usted bien conoce, este procedimiento dura ya cinco años. En ese período de tiempo, parece evidente, que si alguna documentación se hubiera querido destruir, estaría ya destruida.
Pero en todo caso, indíquenos su Señoría qué documentos quiere que se le proporcionen para que, si existen, se incorporen a la causa.
3) En cuanto a poder influir en otros imputados o testigos
En este punto, me inclino a creer que por lo voluminoso del sumario y por haberse hecho cargo usted con la instrucción bastante avanzada, no ha podido verificar que a lo largo de toda la instrucción no hay una sola referencia a que una acción de ese tipo se haya producido, o ni siquiera intentado por mi parte.
(La propia Señora Ardanaz, a preguntas de su Señoría, contestó que no había tenido ninguna indicación de terceros para su declaración)
Siendo así, qué justificación habría para hacerlo en estos momentos y sobre todo qué beneficios podría yo obtener. Todas las declaraciones que usted ha estimado conveniente realizar ya se han producido y con la Instrucción, parece ser que próxima a finalizar, qué obtendría yo con ello.
En cualquier caso y como no se le escapará a su Señoría, con respecto a los puntos 2 y 3, aún estando privado de libertad, si una persona quisiera incurrir en esos comportamientos delictivos, siempre podría hacerlo a través de terceros que se encuentren en libertad. Pero es evidente que ni siquiera eso se me ha ocurrido. Además parece claro que el legislador en esos dos puntos no estaba pensando en un caso como el mío, sino en ‘Organizaciones Criminales’.
En mi modesta opinión, también era en ese tipo de organizaciones (mafias, etc.) en las que pensaba el legislador al plantear la privación de libertad como medio para evitar que el imputado siguiese delinquiendo.
Pero es que, en cuanto a mí respecta, es imposible que yo en estos momentos pudiese cometer, como se me imputa, nuevos delitos de fraude fiscal y blanqueo, sencillamente porque todos los datos los tiene usted sobre la mesa y aunque no los tuviese, ninguna acción mía podría cambiar el resultado. (Influir en un país para que no se curse una comisión rogatoria es imposible).
Por cierto, que con relación a los testigos, sí me sorprende y no considere su Señoría una digresión por mi parte, que habiendo citado yo profusamente al Sr. Naseiro, ninguna acusación haya mostrado interés en llamarle a declarar, aunque solo fuese por la curiosidad de conocer por qué transfirió fondos de sus cuentas a Suiza a las mías.
Discúlpeme una vez más si afirmo que estoy sufriendo condena (8 meses ya), sin haber sido juzgado, ni siquiera procesado, lo cual inevitablemente produce un sentimiento de estar siendo tratado de forma injusta. No quiero dejar de recordar el significado de La Balanza como imagen de la justicia con mayúsculas, y en ese sentido afirmo que ninguno de los tres ‘peligros’ mencionados al inicio de este escrito necesitan ser conjurados de forma alguna. Sencillamente, porque no son tales.