Carlos Fabra, el expresidente de la Diputación de Castellón –más conocido por su aeropuerto sin aviones “para que paseen las personas”, por su fortuna ganando en reiteradas ocasiones la lotería nacional o por el “que se jodan” de su hija, la diputada del PP Andrea Fabra–, será juzgado por los delitos continuados de tráfico de influencias y cohecho, así como por cuatro delitos contra la Hacienda Pública.
Así lo ha decretado hoy viernes el Juzgado de Instrucción número 1 de Nules con la apertura de un jucio oral, un mes después de que el Tribunal Supremo diera “absoluta libertad de criterio” al juez para que procediera contra Fabra, lo que suponía la posibilidad de ser imputado también por el delito de cohecho o, lo que es lo mismo, el soborno o la aceptación de sobornos.
Éste es el resultado de la admisión a trámite de los recursos de casación presentados conjuntamente por la Abogacía del Estado, la Fiscalía y la Unión de Consumidores de la Comunidad Valenciana contra una decisión anterior de la Audiencia de Castellón, que en su resolución había excluido el cohecho.