
Las violentas actuaciones policiales en Cataluña durante el 1-O, que se saldaron con un total de 844 heridos, han llegado a conmocionar hasta dentro de las filas del propio partido en el Gobierno.
La única concejala del PP en el Ayuntamiento de la localidad gerundense de Palamós, Vanessa Mányik, ha anunciado que deja el partido ante una profunda decepción y desacuerdo por la «brutalidad» de las cargas policiales para impedir el referéndum.
De esta manera se ha expresado Mányik en una entrevista radiofónica concedida a Ràdio Palamós, en la que ha indicado que durante las últimas semanas ha estado «en profundo desacuerdo por las actuaciones del Gobierno central».
La concejala ha afirmado que no se ve «con ánimo de dar la cara» por un partido que ya no la representa y con el que no está de acuerdo con lo que está haciendo, por lo que renuncia a continuar formando parte del Grup Municipal del Partit Popular pero sin renunciar a su acta de concejala, por lo que pasará al grupo de los “no adscritos” para mantener su compromiso con el municipio.
“Las últimas semanas han sido difíciles, personalmente no he visto una actitud por parte del Gobierno central, al que hasta ahora he defendido, como la que considero que debería haber tenido”, ha expresado la concejala en su carta de renuncia.
En el texto, Mányik lamenta que “no se han tomado las medidas resolutivas propias de un Gobierno que presume de defender la ley” sino que, con sus acciones, el Gobierno de Mariano Rajoy solo ha logrado “el fomento de la tensión en Cataluña, llegando incluso a entrar en el terreno del miedo”, y a hacer aumentar “la apología del independentismo, incluso en personas que no querían ir a votar”.
“El descontento y las tensiones que hemos visto han pasado ya de defender un referéndum de sí o no a la independencia, al querer votar por el solo hecho de no someterse, por el miedo a perder incluso el derecho a expresarse”, afirma la concejala, quien, con respecto al grito de «¡A por ellos!» coreado en Huelva ante la salida de la Guardia Civil hacia Cataluña, se pregunta: «¿Pero quiénes son ellos?, ¿los padres?, ¿los hermanos?, ¿los amigos?, ¿los hijos de tantos a los que conocemos y queremos? Y puede ser que nos olvidemos de que los hijos de esos «ellos» también son los nuestros».