
Los contratos laborales suscritos el pasado mes de noviembre con una duración de siete días o menos registraron un incremento interanual del 18,4 %, hasta alcanzar los 457.213, lo que supone que una de cada cuatro contrataciones firmada fue de muy corta duración.
Mayor es la diferencia si nos remontamos a los años previos a la crisis, ya que el tiempo medio de los contratos se ha recortado en veintisiete días respecto a los 78,93 días que duraban de media los contratos temporales en noviembre de 2007, año en el que el empleo crecía al 3,2 %, según datos de la Encuesta de Población Activa (EPA).
De los datos analizados del Sepe, llama la atención que los contratos eventuales por circunstancias de la producción (741.927) y los de obra y servicio (677.993) fueron los más frecuentes en noviembre.
Es precisamente el de eventuales por circunstancias de la producción el tipo de contrato elegido en la mayoría de las contrataciones de muy corta duración, con 336.437 contrataciones rubricadas por, como máximo, una semana.
Se concentran en el sector servicios y afectan más a los jóvenes
Esta elevada temporalidad se nutre principalmente del sector servicios, el responsable del 81 % de los contratos de muy corta duración firmados en noviembre (con 372.633 contrataciones), seguido muy de lejos por la industria (53.423), la agricultura (26.752) y la construcción (4.405).