Según un ex-soldado de las fuerzas militares israelíes, el tipo de proyectiles que se utilizan para atacar a los palestinos son como una ruleta rusa. Es decir, nunca saben a quién van a alcanzar, por lo que la probabilidad de que acaben con la vida de civiles inocentes, como ya ha sido el caso de miles de personas, es muy alta.
A pesar de que desde Israel afirman que hacen todo lo que pueden para evitar la muerte de inocentes, los informes de fallecidos en el conflicto por el bando palestino reflejan lo contrario, pues la mayoría son civiles. Esto en gran parte se debe al material con el que el ejército israelí está atacando Gaza, que se caracteriza por su poca precisión en la dirección del disparo y la fuerza bruta del impacto.
Idan Barir, así se llama el ex-soldado israelí que aporta el testimonio para la revista +972, determina que el ejército no tiene un objetivo específico militar al que atacar, y da a entender que no se puede controlar cuándo los proyectiles caen sobre civiles, porque la potencia de la artillería es de un calibre altísimo. No obstante, afirma que cuando se ataca con este tipo de armas en un radio determinado es bien sabido que el objetivo que se encuentre dentro de ese perímetro será alcanzado.
Este tipo de artillería comenzó a usarse en 2006, año en el que un proyectil cayó cerca de la casa de una familia palestina y mató a una niña de 9 años. Como consecuencia, diversas organizaciones defensoras de los derechos humanos pidieron al Tribunal Supremo de Israel que el ejército cesara el uso de esta arma. Y aunque se prohibió, tres años después se retomó su uso en una operación militar llamada Plomo Fundido. Hoy en día los soldados israelíes que emplean esta artillería incontrolable han asesinando ya a más de 1.900 palestinos, la mayoría civiles inocentes, entre los que se encuentran cerca de 500 niños, según UNICEF.