
Con “una unidad con bandera, banda y música” y “la interpretación del himno nacional completo, arma presentada y una descarga de fusilería” más los “cañonazos que corresponda”, así pretende la familia de Francisco Franco que se vuelva a enterrar al dictador tras su exhumación del Valle de los Caídos en la catedral de la Almudena, donde poseen un panteón privado.
Según este real decreto de 2010, la organización del acto correría a cargo de la Presidencia del Gobierno o del Ministerio de Defensa y los gastos serían públicos.
En el mismo escrito, los familiares del dictador exponen su deseo de enterrarlo en la cripta de la catedral de la Almudena en Madrid, con el visto bueno de la Iglesia Católica, con el riesgo de que el templo cristiano se convierta en otro lugar de peregrinación del fascismo. Además, los restos de Franco deberán ser entregados a la familia “de forma inmediata” tras la exhumación.