Jorge Fernández Díaz, el ministro del Interior del Gobierno del PP, comparecerá en el Congreso este viernes a las 9.30 horas para explicar en la Comisión de Interior el polémico encuentro que mantuvo el pasado 29 de julio con el exvicepresidente de Gobierno Rodrigo Rato, investigado por la Fiscalía Anticorrupción.
Fernández Díaz ha solicitado por sí mismo la comparecencia tras conocerse el escándalo y después de que PSOE, la Izquierda Plural, UPyD, Podemos y Ciudadanos exigieran su presencia en la Cámara para dar las requeridas explicaciones, una petición que ha quedado registrada esta mañana en el Congreso.
Desde su lugar de vacaciones en Galicia, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha comparecido en la mañana de este martes ante los medios en compañía del presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, y la ministra de Fomento, Ana Pastor. Rajoy se ha negado a adelantar información sobre el encuentro entre el ministro y Rato, y se ha limitado a confirmar la comparecencia de Fernández Díaz en el Congreso apuntando que no cabe esperarse “nada de particular” de la misma.
Rodrigo Rato, exvicepresidente del Gobierno y ministro de Economía en la era Aznar, exgerente del FMI y director de la expoliada entidad bancaria Bankia, fue detenido y puesto en libertad el 16 de abril de 2015 tras varias horas de registro domiciliario por parte de la Agencia Tributaria. Se le investiga por supuestos delitos de fraude, blanqueo de capitales y alzamiento de bienes.
Fernández Díaz, como ministro del Interior, tendrá que explicar el polémico encuentro con el imputado por delitos fiscales, que tuvo lugar en el despacho de la Seguridad del Estado a instancias de Rato.
La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) solicitó hace dos días la destitución inmediata de Jorge Fernández Díaz al frente del ministerio del Interior tras conocer la existencia de la reunión con Rodrigo Rato, acusando al ministro de “proteger exclusivamente a los suyos y prolongar indefinidamente una situación de abuso y desvergüenza hacia los ciudadanos” con “una muestra más del desprecio hacia la democracia”, dedicándose “a recibir en su despacho a imputados por gravísimos delitos de corrupción”.