Su empecinada defensa de lo que él llama ‘el derecho a la vida’ le ha costado su muerte política
La dimisión de Alberto Ruiz-Gallardón se ha hecho efectiva tras varios meses de incertidumbre y bandazos en el proyecto de reforma de la ley del aborto, que ni siquiera ha contado con el apoyo del Presidente del Gobierno, quien había comunicado horas antes que el proyecto quedaba definitivamente descartado, pese a ser un cambio propuesto en el programa electoral del PP.
El ex-ministro de Justicia ha reunido en la tarde de este martes a los medios para anunciar su renuncia al cargo que ocupaba, así como su retiro de la política. De esta manera, renuncia a su escaño como diputado en el Parlamento, y en los próximos días abandonará el Comité Ejecutivo del Partido Popular.
Desde la rueda de prensa todo han sido elogios y buenas palabras para Mariano Rajoy y el partido que preside: «mi gratitud y lealtad al Presidente del Gobierno es, ha sido y será absoluta», ha dicho.
«Más que desautorizado, lo que me siento es que no he sido capaz de cumplir el encargo», ha añadido Gallardón expresando su pesar por no poder llevar a cabo como le habría gustado la reforma de la ley y ha asumido su responsabilidad como encargado del proyecto, «yo asumí ese compromis»‘, ha afirmado. No obstante, ha aclarado que lo hizo «de acuerdo con la doctrina del partido».
La falta de apoyos a la ley y al ya ex-ministro ha ocasionado la retirada de una contrarreforma que se llevaba a cabo para contentar a una minoría social antiabortista y católica votante del PP, que nada tenía en común con la legislación de la mayoría de países europeos donde el aborto es absolutamente legal, y una decisión personal de cada mujer.