La relación de la familia Botín con Suiza para ocultar sus bienes no cesa. Un cuadro de Picasso valorado en 26,2 millones de euros y perteneciente al banquero Jaime Botín, hermano del fallecido magnate del Banco Santander, Emilio Botín, ha sido incautado por las autoridades francesas cuando iba a ser trasladado ilegalmente a Suiza.
Los agentes de la brigada de Calvi en la isla de Córcega encontraron el cuadro el viernes pasado, gracias a una filtración, oculto en un velero de 67 metros de eslora donde se hallaba embalado en plástico de burbuja a la espera de su traslado por vía aérea al paraíso fiscal suizo.
La Audiencia Nacional española había prohibido el pasado mayo la salida de la obra, de nombre “Cabeza de mujer joven” y del período Gósol del autor, por su alto valor artístico, considerando que se trataba de “un tesoro nacional español que en ningún caso podía salir de España”, y avalando así una decisión del Ministerio de Educación de julio de 2013.
El caso se remonta a diciembre de 2012, cuando la casa inglesa de subastas Christie’s solicitó a la secretaría de Estado de Cultura su exportación definitiva a Londres. Pocos días después la Junta de Calificación, Valoración y Exportación de Bienes del Patrimonio Histórico Español denegó el permiso por “no existir una obra semejante en territorio español”.
El director general de Bellas Artes y Bienes Culturales y de Archivos y Bibliotecas de España no solo denegó el permiso sino que emplazó a la autoridad competente a que la obra fuera declarada Bien de Interés Cultural.
La obra, adquirida en 1977 por Botín, fue pintada por Picasso en 1906 y es, según Patrimonio Histórico, “una de las pocas obras realizadas por su autor dentro del periodo Gósol, etapa en la que Picasso se ve claramente influenciado por la plástica del arte ibérico y los hallazgos llevados a cabo en ese momento influirán decisivamente, no solo en el cubismo, sino también en la evolución posterior de la pintura del siglo XX”.
Las autoridades francesas custodian ahora el cuadro “en un lugar seguro”, según el representante de la aduana francesa, a la espera de que las autoridades españolas soliciten su repatriación.