Cuando, tras el 15M, la sociedad civil irrumpió en la vida política, la sociedad se volvió más activa, demandandante, participativa y vigilante del poder político y empresarial, a tavés de la indignación formuló demandas y exigió respuestas a los retos del futuro, fue la revolución de las plazas, de los indgnados, que cambió el panorama social, cultural y político para siempre.De ese movimiento proliferaron asociaciones de todo tipo que buscaban influir en la gestión del espacio público
Este interés por los asuntos públicos, este deseo de participar en los asuntos colectivos es el resultado de un cambio radical, un deseo de actuar para mejorar la sociedad. Este espíritu del 15M, es que impregna la España Vacíada, el del municpalismo, el tejido asociactivo y la democracia directa.
El éxito de Teruel Existe en las últimas elecciones generales, y el enorme protagonismo que tiene ahora su único representante en el Congreso de los Diputados, está favoreciendo la aparición de numerosos movimientos similares. Hackeaando el sistema electoral que permite a un candidato local, siempre que esté suficientemente implantado en su circunscripción, ganar un escaño con un número relativamente pequeño de votos, están proliferando por todo el país formaciones que pretenden dar voz -y una voz decisiva- a las preocupaciones de un sector del electorado tradicionalmente olvidado, la España rural. Es el caso de Soria (Soria ¡YA¡), Jaén (Levanta Jaén), Cuenca (Cuenca Ahora), Aragón (Aragón Existe), Segovia (Segovia Existe), Extremadura (Milana Bonita), Burgos (Burgos Enraíza) y León (León Ruge). Hay muchos más, al menos 160, aunque no todos podrán o querrán concurrir a las elecciones, un monumental tejido asociativo unido por el miedo a la despoblación y el abandono de sus nucleos de convivencia.
Los representantes de los partidos gobernantes y sus aliados, en el Estado y en las comunidades autónomas, expresaron un absoluto terror ante la posibilidad de que las plataformas se presentaran a las elecciones.Han iniciado una campaña entre el desprestigio y la censura, impulsada por sus maquinarias mediáticas. Mientras los medios de izquierda y derecha moderada han optado por plantar desconfianza por su negación principalmente y su expulsión de las encuestas,los medios de derecha han optado por el ataque virulento y la calumnia. Parece que todos los partidos del arco parlamentario están actuando en común contra este movimiento por sus intereses de clase política, ya que ven amenazados sus asientos. Pero las armas de la España vacíada no están en los medios, sino en la calle y en el tejido asociativo y pelean en circunscripciones pequeñas, donde la asociación de unos miles puede marcar la diferencia.