En pleno escándalo de corrupción generalizada en el PP de Valencia, que rodea a la exalcaldesa Rita Barberá, y ante la posibilidad de la convocatoria de nuevas elecciones que le hicieran perder su condición de aforada, el PP ha movido ficha y ha colocado a Barberá en una situación muy favorable para ella.
La exalcaldesa formará parte como suplente de la Diputación Permanente del Senado, un órgano que da continuidad al parlamento entre períodos de sesiones y entre legislaturas, compuesto por 35 miembros que conservan la condición de senadores incluso después de que acabe su mandato o se disuelva la Cámara.
De esta manera, Rita Barberá no perderá el aforamiento en el caso de que se disuelvan las Cortes por una nueva convocatoria de elecciones generales. Un movimiento que contrasta con la reciente decisión del PP de apartarla de la presidencia de las comisiones en el Senado, cuando durante los últimos meses de la pasada legislatura presidió la Comisión Constitucional.
Sin embargo, Barberá sí ocupará escaño como vocal en la Comisión Constitucional y en la Comisión de Economía, además de su sillón blindado en la Diputación Permanente. El Partido Popular justifica estos movimientos apoyándose en que la exalcaldesa no ha sido imputada (o investigada) pero sí le exigen explicaciones públicas, por lo que han decidido no darle más visibilidad en el Senado.
No es la primera vez que el PP lleva a cabo una jugada de este tipo. La exalcaldesa de Jerez María José García-Pelayo, imputada por un presunto delito continuado de prevaricación administrativa y otro de falsedad en documento público por contrataciones fraudulentas en Fitur 2004 en el marco de la trama Gürtel, también recibió del PP un escaño en la Diputación Permanente del Senado, permitiéndole así conservar su condición de aforada.
Desde las pasadas elecciones generales del 20D, García-Pelayo ocupa un escaño como diputada en el Congreso mientras su caso sigue abierto en el Tribunal Supremo.